Estandarización del método ecográfico de la medición del espesor de las capas íntima y media de la carótida en niños sanos

  1. Argüelles Arias, Ana María
Dirixida por:
  1. Federico Argüelles Martín Director
  2. Libia Isabel Quero Acosta Director

Universidade de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 30 de xaneiro de 2009

Tribunal:
  1. Rafael Tojo Sierra Presidente/a
  2. José Antonio Bermúdez de la Vega Secretario/a
  3. Juan Sabaté Diaz Vogal
  4. María Rosaura Leis Trabazo Vogal
  5. Isabel Polanco Allué Vogal

Tipo: Tese

Teseo: 294456 DIALNET lock_openIdus editor

Resumo

Rememorando los últimos 150 años de la causalidad en mortalidad, podemos afirmar que las enfermedades infecciosas han constituido la mayor causa de muerte a nivel mundial hasta principios del siglo XX. A partir de entonces, en los países desarrollados se ha producido un decremento atribuible a la mejora ambiental, de las condiciones de vida, de trabajo y a medidas específicas como la inmunización o el tratamiento antimicrobiano. En la actualidad, las enfermedades crónicas representan el principal problema de salud pública debido a su alta morbilidad, al elevado número de muertes que producen y a que constituyen una importante causa de mortalidad prematura<!--[if !supportFootnotes]-->[i]<!--[endif]-->-<!--[if !supportFootnotes]-->[ii]<!--[endif]-->-<!--[if !supportFootnotes]-->[iii]<!--[endif]-->. Con respecto a estas patologías, es el grupo de enfermedades cardiovasculares (ECV) el que constituye la primera causa de muerte en los países occidentales. En los países industrializados hubo 5,3 millones de fallecimientos por esta causa en 1990. La cardiopatía isquémica fue responsable de cerca de la mitad de estas muertes. Con todo, y tras una tendencia ascendente que venía manteniéndose durante más de tres décadas, en los últimos años se ha observado un descenso, sin perder el primer puesto del ranking de patologías causantes de mortalidad. Las tasas de mortalidad por ECV comenzaron a descender en torno a 1970, especialmente en lo que se refiere a los fallecimientos de varones. En particular, la mortalidad cardiovascular ha disminuido hasta un 60% en Japón y un 50% en Estados Unidos, Australia, Canadá y Francia. También, aunque en menor proporción, ha descendido entre un 20 y un 25% en los Países Nórdicos, Irlanda y Portugal. Es significativo señalar, que esta tendencia no se da en algunos países del Centro y Este de Europa, donde se asiste a un incremento en la mortalidad por enfermedad cardiovascular<!--[if !supportFootnotes]-->[iv]<!--[endif]-->. En Europa, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte entre hombres y mujeres<!--[if !supportFootnotes]-->[v]<!--[endif]-->. Esto significa que las enfermedades cardiovasculares son responsables de casi la mitad de las muertes en Europa, causando más de 4.35 millones de muertes al año en los 52 estados miembros de la Región Europea de la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) y más de 1.9 millones de muertes en la Unión Europea<!--[if !supportFootnotes]-->[vi]<!--[endif]-->. Además del coste social y familiar el coste económico se sitúa en 192 billones de euros anualmente. Existen dos hechos que invitan a la reflexión: muchas de estas muertes ocurren en las etapas de mayor productividad de la vida del sujeto y podrían evitarse con políticas de prevención apropiadas.