La capacidad intersubjetiva y su manifestación lingüística en niños hipoacúsicos con implantes coclear prelocutivo y en niños con síndrome de Asperger

  1. Bleda Garcia, Inmaculada Concepcion
Dirixida por:
  1. Sonia Madrid Cánovas Director

Universidade de defensa: Universidad de Murcia

Fecha de defensa: 22 de setembro de 2017

Tribunal:
  1. Milagros Fernández Pérez Presidenta
  2. José Miguel Hernández Terrés Secretario/a
  3. Beatriz Gallardo Paúls Vogal

Tipo: Tese

Resumo

La capacidad intersubjetiva, conocida también como teoría de la mente, consiste en reconocer los estados mentales de uno mismo y en atribuir esos mismos estados mentales a los demás. Permite dar significado a los gestos y a las conductas que percibimos en otras personas y predecir también conductas futuras. Por tanto, es una habilidad pragmática muy importante que se desarrolla interactuando con los demás. El lenguaje es la herramienta más idónea para expresar y compartir los estados mentales, así que la capacidad intersubjetiva se ve afectada en el caso de los niños que no desarrollan el lenguaje de manera típica. Nosotros nos detenemos en el estudio de dos poblaciones: los niños con hipoacusia prelocutiva que utilizan implantes cocleares, cuyo déficit sensorial empobrece sus experiencias sociales y comunicativas a edades tempranas y les impide tener en común con su entorno un código lingüístico pleno; y los niños con síndrome de Asperger, cuyo déficit neurocognitivo condiciona las relaciones sociales y comunicativas en general. El propósito de este trabajo es comprobar hasta qué punto estas alteraciones repercuten en el desarrollo de la capacidad intersubjetiva y, sobre todo, en su manifestación lingüística. Para conseguirlo, diseñamos varias pruebas que implican el ejercicio de la capacidad intersubjetiva, transcribimos los datos obtenidos cuando esas pruebas son realizadas por tres poblaciones de niños (niños con implante coclear, niños con síndrome de Asperger y niños control, con un desarrollo típico), comparamos los resultados obtenidos por todos ellos, y describimos finalmente de qué nivel de habilidad intersubjetiva disponen y con qué medios lingüísticos la expresan. La metodología es funcional y pragmática. El corpus se basa en datos verbales reales pero semiespontáneos, resultado de entrevistas dirigidas por un adulto (logopeda o investigador). Obtenemos así ejemplos de lengua oral infantil, en su mayoría de desarrollo atípico, pues corresponden a niños afectados por una alteración sensorial o por una cognitiva. Diferenciamos tres categorías principales de recursos intersubjetivos: recursos emocionales (emociones y manifestaciones emocionales), recursos volitivos (deseos e intenciones) y recursos epistémicos (la percepción como medio de acceso al conocimiento; las dudas o creencias; y el conocimiento o la ignorancia). Estos recursos se manifiestan lingüísticamente con elementos fónicos (la entonación, por ejemplo), morfosintácticos (tiempos y modos verbales, conjunciones, etc.) y léxico-semánticos (fundamentalmente, sustantivos, adjetivos y verbos). Los resultados revelan que los niños con implante coclear disponen de una habilidad lingüística menor que la de los niños control, y la de estos, a su vez, es menor que la de los niños con síndrome de Asperger. La reducida experiencia comunicativa que han tenido los niños con implante coclear a edades tempranas dificulta su desarrollo lingüístico y también su desarrollo conceptual. Como consecuencia, incluso aunque capten los estados mentales, no pueden explicarlos ni expresarlos lingüísticamente con la profundidad suficiente. Y, como son conscientes de sus dificultades con el uso del lenguaje, construyen enunciados muy sencillos, depositan en el interlocutor la responsabilidad de gestionar el intercambio comunicativo, y a menudo recurren a estrategias disuasorias para evitar hablar o para terminar lo antes posible las interacciones. Por su parte, los niños con síndrome de Asperger tienen problemas con la capacidad intersubjetiva debido a su propio trastorno. Gracias a estrategias cognitivas, consiguen razonar y resolver algunas tareas intersubjetivas, al menos superficialmente, pero para ello necesitan un desarrollo lingüístico muy superior al que precisan los niños control para resolver las mismas tareas. The intersubjective skill, also known as theory of mind, consists in recognizing our own mental states and attributing the same mental states to other people. It lets give meaning to gestures and behaviours we perceive in the others, and it also lets predict future behaviours. Therefore, it is a very important pragmatic skill that develops by interacting with other people. Language is the most suitable tool for us to express and share mental states, so the intersubjective skill is affected in children that can't develop language skills in the common way. We dwell on studying two populations: prelingually deaf children with cochlear implants, whose sensory deficit impoverishes their social and communicative experiences at an early age and prevents them from having a language in common with people around them; and children with Asperger syndrome, whose neurocognitive deficit determines their social and communicative relationships on the whole. The aim of this dissertation is to verify to what extent these alterations affect the intersubjective skill development and especially its linguistic expression. To achieve this, we design several tasks that involve intersubjective skills, we transcribe the data we get after the test has been done by the three populations (children with cochlear implants, children with Asperger syndrome and children with a typical development), we compare the results they all obtain, and finally we describe what level of intersubjectivity they have and what linguistics ways they use to express it. Our method is functional and pragmatic. The corpus is based on real but semi-spontaneous verbal data, which result from interviews that an adult (either a speech therapist or an investigator) directs. Therefore, we get examples of oral language that come from atypical development children mainly (they have either a sensory alteration or a cognitive one). We distinguish three main categories of intersubjective resources: emotional resources (emotions themselves and emotional displays), volitive resources (desires and intentions), and epistemic resources (perception as a way to gain access to knowledge; doubts and beliefs; and either knowledge or ignorance). These resources are reflected linguistically through phonic elements (like intonation, for example), morphosyntactic elements (verbal tenses and moods, conjunctions¿) and lexical-semantic elements (essentially, nouns, adjectives and verbs). Results show that children with cochlear implants' language skills are worse than the ones typical development children have. And, for their part, typical development children's language skills are worse than the ones children with Asperger syndrome have. Not only does the limited communicative experience children with cochlear implants have had at an early age make their language development difficult, but it also hampers their conceptual development. As a consequence, they can't talk about mental states deeply enough, even though they sometimes understand them. Because of the fact that they are aware of the difficulties they have to use oral language, they construct quite simple statements. They place the responsibility for managing communicative exchanges on their conversational partners. And they often use dissuasive strategies to avoid speaking and finish their interactions as soon as possible. For their part, children with Asperger syndrome have problems with the intersubjective skill due to their disorder itself. Thanks to cognitive strategies, they achieve to reason and solve some intersubjective tasks at least cursorily. But they can only do this if they have enough language development. It should be higher than the one that typical development children need to solve the same tasks.