Concentración de los minerales, oligoelementos esenciales y oligoelementos tóxicos en la leche materna y las fórmulas infantiles

  1. Mandiá Rodríguez, Natalia
Dirixida por:
  1. José María Fraga Bermúdez Director
  2. María Luz Couce Pico Co-director

Universidade de defensa: Universidade de Santiago de Compostela

Fecha de defensa: 06 de outubro de 2021

Tribunal:
  1. Manuel Sánchez Luna Presidente/a
  2. Alejandro Pérez Muñuzuri Secretario/a
  3. Isabel Izquierdo Macián Vogal
Departamento:
  1. Departamento de Ciencias Forenses, Anatomía Patolóxica, Xinecoloxía e Obstetricia e Pediatría

Tipo: Tese

Resumo

La leche materna es el alimento más idóneo para la nutrición infantil. La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna de forma exclusiva durante los 6 primeros meses de vida. En general, durante este tiempo la lactancia materna contiene todos los nutrientes necesarios para el desarrollo infantil adecuado. Para los lactantes que no pueden ser amamantados, una alternativa es la leche de fórmula para lactantes, cuya composición se adapta continuamente para proporcionar beneficios nutritivos similares a la leche materna. Las recomendaciones sobre la composición de leche materna y la leche de fórmula son establecidas por la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica y la Academia Americana de Pediatría. Dada la importancia de una ingesta adecuada de micronutrientes en los primeros años de vida y las diferencias en las dietas y el medio ambiente entre las poblaciones, el análisis de oligoelementos en la alimentación infantil es importante desde una perspectiva de salud pública. Los déficits de micronutrientes en la vida temprana tienen efectos adversos en los lactantes y están asociados con infecciones a corto plazo y tasas más altas de ciertas enfermedades, además los niveles excesivos de micronutrientes también pueden ser dañinos. Además de los elementos esenciales, el consumo de leche también puede resultar en la transferencia de metales potencialmente tóxicos. Por ello, el objetivo de nuestro estudio es cuantificar los niveles de minerales y oligoelementos, tanto en leche materna en sus diferentes etapas como en las fórmulas infantiles que se emplean para la alimentación de los recién nacidos a término y prematuros durante el primer año de vida; además de evaluar posibles asociaciones de estos elementos con variables médicas, sociales, ambientales y demográficas. Con el fin de analizar la composición de la leche en nuestra área de salud hemos diseñado un estudio prospectivo, serie de casos, de 170 madres lactantes del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, además de un estudio transversal de un porcentaje significativo de las leches de fórmula disponibles en el mercado. Después de recibir el consentimiento informado, se obtuvieron muestras de leche materna (5-10 ml) de recién nacidos a término en los 3 períodos de lactancia durante los primeros 6 meses de vida: calostro durante los primeros 3-4 días de lactancia (n = 70), leche intermedia hasta los 7-10 días (n = 70), leche madura posterior, (n = 70) y de leche madura de madres de recién nacidos prematuros (n = 100) entre el 1 de enero de 2018 y el 30 de junio de 2019. Además, se recogieron muestras de leches de fórmula (n = 30) vendidas en España para menores de 1 año y se clasificaron en 4 grupos: fórmulas de inicio (n = 13), fórmulas de continuación (n = 10), fórmulas hidrolizadas (n = 5) y fórmulas para prematuros (n = 2). Las concentraciones de los minerales y oligoelementos se analizaron en el Laboratorio de Química Analítica, Nutrición y Bromatología de la Universidad de Santiago de Compostela. Se cuantificaron las concentraciones de 35 elementos: minerales (5), que incluyen calcio, potasio, magnesio, sodio y fósforo; oligoelementos esenciales (9), que son cobalto, cromo, cobre, hierro, iodo, manganeso, molibdeno, selenio y zinc; y oligoelementos tóxicos (21): plata, aluminio, arsénico, bario, berilio, cadmio, cesio, galio, mercurio, litio, níquel, plomo, platino, rubidio, antimonio, estaño, estroncio, titanio, talio, uranio, y vanadio. Para cada madre participante se recogió en un cuestionario al final del embarazo: la edad, el aumento de peso durante el embarazo, el lugar de residencia, hábitos tabáquicos y consumo de alcohol. Se registraron además la edad gestacional y el peso al nacer de todos los recién nacidos. Este estudio es el primero en describir los niveles de talio en leche materna y fórmulas infantiles, de estroncio en leche materna pretérmino y de galio, litio y uranio en formulas infantiles. Las concentraciones de la mayoría de los minerales y oligoelementos estuvieron dentro de los rangos aceptados internacionalmente, pero observamos que existe una disminución significativa de la concentración de selenio (p <0,001), menor a los niveles aconsejados, tanto en la leche materna a término como en la leche materna pretérmino, asociándose además con neonatos de menor peso al nacimiento (p <0,002). También hemos objetivado concentraciones significativamente mayores de los oligoelementos tóxicos cesio y estroncio (p <0,001), aumentados al doble de lo aconsejado por los organismos internacionales. Además, hemos descrito la importancia del medio ambiente en los niveles de los oligoelementos tóxicos, con relaciones particularmente llamativas entre el arsénico y los ambientes urbanos (p=0.013), y el plomo con el tabaquismo (p=0.024) y el consumo de agua de pozo (p 0.046). En cuanto a las fórmulas infantiles, observamos un aumento significativo de los niveles de aluminio, estaño y vanadio, además de los nuevos hallazgos de los niveles de uranio, en comparación con la leche materna (p<0,001). En conclusión, la leche que reciben los neonatos y lactantes de nuestra área sanitaria en el primer año de vida tiene una adecuada composición en cuanto a los minerales y oligoelementos que la componen, aunque el vivir en ambientes urbanos, el tabaco o el consumo de agua de pozo son factores de riesgo para el aumento de los niveles de tóxicos en la leche materna. Sería recomendable prestar especial atención a los niños nacidos prematuramente por los niveles bajos de selenio en la leche materna y los niveles elevados de cesio y estroncio, ya que podría suponer un mayor riesgo de presentar déficits nutricionales y/o toxicidad a corto o largo plazo. Además, hay un aumento significativo de los niveles de oligoelementos tóxicos en las leches de fórmula comparado con la leche materna, por lo que sería recomendable intentar reducir sus niveles para evitar consecuencias en la salud de los neonatos y lactantes en su vida adulta.