Evaluación del síndrome de burnout en cirujanos bucales e implantólogos en españa

Resumo

El síndrome de burnout es un fenómeno que fue descrito por primera vez en 1974 por Freudenberger, en EEUU. Dos años más tarde, una psicóloga americana, C. Maslach le pone nombre, y aporta un dato fundamental para la comprensión de la evolución del mismo: explica que es un síndrome tridimensional, en el que el profesional que lo padece sufre cansancio emocional, despersonalización y falta de realización personal, y que afecta a aquellas personas que son entusiastas con su trabajo y que desempeñan labores asistenciales. Esta autora crea una escala para poder evaluar el síndrome, el Maslach Burnout Inventory (MBI), y aunque ha sufrido múltiples adaptaciones para poder aplicarlo en diferentes campos, sigue siendo el ¿gold standard¿ para evaluarlo. El burnout actual es diferente al de hace dos décadas, ya que antes el profesional experimentaba una sensación de tristeza interior provocada por la sensación de no conseguir los objetivos que se planteaba a nivel personal/social. En la actualidad, el profesional desarrolla el síndrome a consecuencia de la competencia exagerada con los compañeros, además del deseo de ganar más dinero, y de sentirse privado de algo que uno se merece. Entre los efectos del síndrome, caben ser destacados: resentimiento hacia las demandas constantes de la vida, problemas interpersonales, dificultades familiares, irritabilidad, cansancio físico y emocional, cinismo y sensación de atrapamiento. El síndrome afecta a diferentes profesiones, tales como: médicos, enfermeros, profesores, policías, estudiantes y un largo etcétera. Todo profesional que se enciende o es entusiasta con su trabajo es susceptible de padecer burnout. A pesar de que inicialmente fue considerado un tema de moda o una invención cultural, en abril de 2019 la OMS pasó a considerarlo como problema asociado al empleo en su clasificación de enfermedades. HIPÓTESIS Los cirujanos bucales e implantólogos están sometidos a situaciones de estrés continuadas, al igual que el resto de las profesiones sanitarias debido al contacto directo con el paciente y a la implicación emocional con el mismo, y esta situación de estrés mantenido podría provocar la aparición del síndrome de burnout en función del tipo de contratación que tenga el profesional y del número de horas/semana que trabaje.