Estudio de nuevos marcadores en el diagnóstico de la enfermedad renal en el perro

  1. NAVARRO COMBALÍA, LAURA
Dirixida por:
  1. María Teresa Verde Arribas Director

Universidade de defensa: Universidad de Zaragoza

Fecha de defensa: 12 de xullo de 2013

Tribunal:
  1. Santiago Lavín González Presidente/a
  2. Araceli Loste Montoya Secretario/a
  3. Germán Santamarina Pernas Vogal
  4. María Luisa Suárez Rey Vogal
  5. Antonio Fernández Casasnovas Vogal

Tipo: Tese

Teseo: 346393 DIALNET

Resumo

Las nefropatías son una causa importante de morbilidad y mortalidad en la especie canina. La enfermedad renal crónica (ERC) es la patología renal más frecuentemente diagnosticada en el perro. La edad avanzada, la raza y la presencia de algunas patologías que cursan con lesiones glomerulares son importantes factores de riesgo en la ERC canina. Uno de los mayores problemas en el manejo de esta enfermedad es que se diagnostica de forma tardía, ya que los síntomas característicos del fallo renal se presentan cuando la enfermedad está muy avanzada, lo que da lugar a un pobre pronóstico y a una menor tasa de supervivencia en los pacientes. En la actualidad, existen pocas técnicas que permitan detectar precozmente una alteración de la función o lesión renal. Las técnicas de aclaramiento urinario y/o plasmático permiten detectar pequeñas reducciones en la función de filtración glomerular, sin embargo, su metodología es laboriosa y supone un alto coste económico, por lo que no se utilizan de forma rutinaria en la práctica clínica. La determinación y cuantificación de la proteinuria es el método más empleado por su fácil realización y moderado coste, para detectar precozmente lesiones en el parénquima renal. Uno de los principales inconvenientes de la proteinuria es que no es específica de enfermedad renal, pudiendo tener otros orígenes, y además está influenciada por otros factores extra-renales. El principal objetivo de este estudio fue evaluar algunas nuevas moléculas que se están preconizando recientemente para el diagnóstico de la enfermedad renal en el ser humano, y determinar cuál de ellas podría ser un marcador más sensible, específico y precoz de la enfermedad renal canina, en comparación a los marcadores empleados habitualmente como la urea, la creatinina, la proteinuria y la densidad urinaria. Seleccionamos aquellas que por su disponibilidad, fácil determinación y moderado coste, podrían incluirse dentro del plan diagnóstico utilizado de forma rutinaria en la práctica clínica, en la evaluación de la función renal en pacientes con ERC o en las poblaciones caninas de riesgo. También nos planteamos analizar la influencia de factores propios del individuo como la edad, el género, la esterilización y el peso y/o tamaño sobre los marcadores evaluados; y factores extra-renales, como la presencia de un sedimento activo y el pH de la orina, sobre los marcadores urinarios. Para llevar a cabo este estudio, se seleccionaron a 75 animales enfermos que acudieron a las consultas de Medicina Interna del Hospital Clínico Veterinario (HCV) de la Universidad de Zaragoza. Estos fueron incluidos en varios grupos, en función de la patología que se les había diagnosticado: 20 perros con ERC, 18 perros con otras patologías del aparato urinario diferentes a la ERC, 16 perros con Leishmaniosis y 21 perros con otras patologías sistémicas o situaciones clínicas que podían afectar a su función renal (hepatitis y/o pancreatitis, piómetra, diabetes mellitus, hiperadrenocorticismo y tratamiento prolongado con glucocorticoides). El grupo control estuvo compuesto por 20 perros sanos. Planteamos en este estudio como nuevos marcadores: la Cistatina C, la Beta 2-microglobulina, la proteína fijadora del Retinol y la excreción fraccional de electrolitos, que se analizaron a partir de las muestras de suero y orina previamente almacenadas a -20ºC para su conservación. La determinación de Cistatina C y la Beta 2-microglobulina en suero y orina, se realizaron mediante técnicas de inmunoturbidimetría cinética (PETIA). Para la detección de la proteína fijadora del Retinol en orina, se emplearon técnicas de inmunonefelometría cinética (PENIA). Para el cálculo de la excreción fraccional del sodio, el cloro y el potasio, se analizaron los electrolitos en sangre y orina mediante la técnica del Electrodo de Ión Selectivo (ISE). Nuestros resultados mostraron que tanto los marcadores tradicionales, como casi todos los nuevos marcadores evaluados, fueron capaces de detectar enfermedad renal o lesión renal en los animales de nuestro estudio. Además, los nuevos marcadores presentaron algunas ventajas importantes. En cuanto a la evaluación de la función glomerular, la Cistatina C sérica demostró ser un marcador de lesión renal tan precoz como el ratio proteína/creatinina en orina. Además resultó ser más específico que éste y que la urea y la creatinina sanguíneas debido a que no se vio tan influenciado por otros factores extra-renales que sí influyeron en los marcadores tradicionales. En cuanto a los marcadores de la función tubular, la excreción fraccional de electrolitos (sodio, cloro y potasio) demostró ser un marcador más específico que la densidad urinaria, ya que su determinación no se vio tan afectada por otros factores extra-renales. La Cistatina C y la proteína fijadora del Retinol en orina, permitieron detectar la presencia de disfunción tubular, y en el caso de esta última, incluso de forma más precoz que otros marcadores de función tubular analizados. En cuanto a la progresión de la ERC, tanto los nuevos marcadores, Cistatina C sérica, excreción fraccional de electrolitos y proteína fijadora del retinol en orina, como el cociente proteína/creatinina urinarias, resultaron ser buenos marcadores de la evolución de esta enfermedad en el perro, detectándose un aumento de su concentración conforme se agravaba la lesión renal. La Beta 2-microglobulina sérica y urinaria, no mostró ser un marcador ni sensible ni específico de la función renal en nuestra población canina de estudio, debido a la influencia de la presencia de enfermedad en su determinación. De los nuevos marcadores evaluados, la Cistatina C sérica y la excreción fraccional de electrolitos en orina, que han demostrado ser marcadores más precoces y específicos de la función renal que otros marcadores tradicionales, podrían ser propuestos para su inclusión dentro de la evaluación diagnóstica de un paciente con ERC y en las poblaciones de riesgo, donde la detección precoz de la alteración renal, permitiría instaurar un tratamiento adecuado, que lograría mejorar el manejo de la enfermedad, aumentando la tasa de supervivencia y mejorando la calidad de vida de los pacientes. ¿