Impacto clínico de la creación de una unidad monográfica de patología pleural en un hospital de tercer nivel

  1. ENRÍQUEZ RODRÍGUEZ, ANA ISABEL
Dirixida por:
  1. Francisco Julián López González Director
  2. Marta M. García Clemente Co-director

Universidade de defensa: Universidad de Oviedo

Fecha de defensa: 11 de outubro de 2019

Tribunal:
  1. Pere Casan Clarà Presidente/a
  2. Ramón Fernández Álvarez Secretario/a
  3. Jesus Allende Gonzalez Vogal
  4. Francisco Javier González Barcala Vogal
  5. Ana Jose Seco Garcia Vogal

Tipo: Tese

Teseo: 605274 DIALNET lock_openRUO editor

Resumo

IMPACTO CLÍNICO DE LA CREACIÓN DE UNA UNIDAD MONOGRÁFICA DE PATOLOGÍA PLEURAL EN UN HOSPITAL DE TERCER NIVEL INTRODUCCIÓN La patología pleural engloba a un grupo de enfermedades muy prevalentes en la actualidad. Sólo el derrame pleural (DP) afecta aproximadamente a 414/100.000 habitantes anualmente, de modo que se estima que existen 1-1,5 millones de nuevos casos en los Estados Unidos y 200.000-250.000 en el Reino Unido cada año. Constituye el 10% de todas las enfermedades hospitalarias que se atienden en los servicios de Neumología y Medicina interna, conllevando una elevada morbibortalidad. Además, se sabe que la patología pleural está aumentando progresivamente en los últimos años. La afectación de la pleura es una forma de presentación común de muchas enfermedades no sólo pulmonares, sino también sistémicas. Existen más de 60 causas que pueden producir un DP, siendo la más frecuente, de forma global, la insuficiencia cardiaca. En el caso de exudado pleural, las causas más frecuentes son el cáncer (40%), la neumonía (25%) y la tuberculosis (12%). El manejo de la patología pleural está dividida entre neumólogos, cirujanos torácicos, intensivistas, oncólogos, médicos interistas, cardiólogos y médicos especialistas en patología infecciosa. La existencia de esta dispersión de la patología, llevada en muchas ocasiones por médicos que no tienen la suficiente experiencia, conduce a que sea manejada, con frecuencia, con criterios dispares y heterogéneos. Esto deriva muchas veces en un retraso en el diagnóstico y tratamiento y en un aumento de la morbilidad y mortalidad. La existencia de un elevado número de pacientes con patología pleural y la complejidad que conlleva su manejo, justifica la necesidad de optimizar los recursos hospitalarios y la aplicación de criterios homogéneos y previamente establecidos. Con ello se busca minimizar las complicaciones y reducir la estancia hospitalaria así como una correcta coordinación entre especialidades (Radiología, Oncología, Cirugía Torácica etc....) favoreciendo la integración en equipos multidisciplinares. Además, los procedimientos diagnósticos y terapéuticos no están exentos de complicaciones, algunas de ellas fatales. Si todos estos procedimientos invasivos son llevados a cabo por personal cualificado y centrado en esta patología, se consigue disminuir el número de dichas complicaciones. Aunque las experiencias en el campo de la patología pleural son limitadas, existen estudios que demuestran la posibilidad de realizar de forma ambulatoria procedimientos que habitualmente requerían ingreso hospitalario. Además, existe bibliografía en la que se ha demostrado una significativa reducción de los costes con la creación de unidades ambulatorias de patología pleural (UPP) consiguiéndose, además, una disminución del tiempo de acceso a las pruebas diagnósticas, sin que ello redundara en perjuicio de la seguridad de los pacientes; es decir, más rápido e igual de seguro. La existencia de ingresos que se podrían haber evitado o las estancias medias más largas de lo que deberían de ser, conlleva un aumento importante de los costes para nuestro sistema. OBJETIVOS El objetivo principal de nuestro estudio fue valorar el impacto clínico de la creación de una UPP en las cuatro patologías pleurales más prevalentes ingresadas en nuestro Servicio de Neumología: neumotórax espontáneo primario (NEP), neumotórax espontáneo secundario (NES), derrame pleural maligno (DPM) y derrame pleural paraneumónico complicado (DPPC), valorando además, en este último caso, la mortalidad hospitalaria. Objetivos primarios: o A nivel ambulatorio:  Análisis de los ingresos evitados desde la creación de la UPP.  Análisis del tiempo transcurrido hasta el diagnóstico en los pacientes con DPM.  Análisis del ahorro de costes por ingresos evitados debidos a la atención ambulatoria en la UPP. o A nivel hospitalario:  Análisis de variación de las estancias medias hospitalarias.  Impacto en la tasa de reingresos a los 30 días tras el alta.  Impacto en la necesidad de tratamiento quirúrgico (necesidad de decorticación en el caso de los DPPC o de intervención por fístula aérea persistente en el caso de NEP y NEP).  En el caso de DPPC, reducción de la mortalidad durante el ingreso.  Ahorro de costes derivado de la creación de la UPP Objetivos secundarios: Descripción de la actividad ambulatoria y de los distintos procedimientos pleurales, tanto en pacientes ingresados como ambulatorios, desde la creación de la UPP. MATERIAL Y MÉTODOS El Hospital Central Universitario de Asturias (HUCA) es un hospital de tercer nivel asistencial con 1.039 camas de hospitalización y que atiende a un área poblacional de alrededor de 350.000 habitantes, siendo además centro de referencia para toda la comunidad autónoma (aproximadamente 1.050.000 habitantes). En el año 2015 se creó en dicho hospital una UPP, la cual se articuló en base a tres pilares: la creación de una unidad de atención ambulatoria al paciente con patología pleural, la atención al paciente ingresado, y un área de técnicas pleurales, donde se llevan a cabo los diferentes procedimientos invasivos. Se realizó un estudio prospectivo en el que se incluyeron a los pacientes ingresados en la UPP por NEP, NES, DPPC y DPM, entre enero de 2015 y diciembre de 2018. Se analizaron parámetros descriptivos, número de ingresos, estancias medias, reingresos al mes del alta, necesidad de cirugía y, en los DPPC, también la mortalidad hospitalaria. Los datos se compararon con los de los pacientes ingresados por la misma patología en Neumología durante los dos años previos a la creación de la UPP (2013-2014). Para ello, se evaluaron las historias electrónicas de todos los pacientes ingresados en nuestro Servicio en ese tiempo incluidas en el programa “Millenium”, y se seleccionaron las de aquellos pacientes que cumplían los criterios de inclusión. Además, se realizó una estimación del ahorro de costes derivado del número de ingresos evitados gracias al aumento de la actividad ambulatoria de la UPP. Se consideró ingreso evitado a aquellos pacientes a los que se les realizó un procedimiento pleural para el cual antes de la existencia de la UPP hubiese precisado ingreso, aquel paciente derivado desde Urgencias a la consulta de UPP tras ser valorado por la guardia de Neumología y aquel derivado desde otros Servicios (principalmente Oncología médica) directamente a la consulta de la UPP para valoración en vez de ser derivado Urgencias tal y como se hacía previamente a la creación de la Unidad. Para la realización del análisis de costes se utilizaron los reflejados en la Resolución de 25 de febrero de 2013, de la Consejería de Hacienda y Sector Público. Para el análisis de costes del tratamiento del DPM, se evaluó el coste de la inserción del drenaje tunelizado y de las botellas de vacío necesarias para la evacuación del mismo en el domicilio del paciente en domicilio y se comparó con el coste calculado del ingreso de un paciente que precisa pleurodesis, teniendo en cuenta los días de estancia media, el precio de los drenajes y el del talco. A nivel ambulatorio, se midió el tiempo transcurrido desde la solicitud de la primera cita hasta la consulta, la patología motivo de estudio y, en el caso de los DPM, la demora diagnóstica. Se recogieron, de igual manera, todos los procedimientos técnicos realizados, tanto ambulatorios como en pacientes hospitalizados, en una base de datos creada a tal efecto y gestionada por enfermería. RESULTADOS El número global de pacientes ingresados en el Servicio de Neumología durante el periodo de estudio fue de 12.341. En nuestro estudio se incluyeron un total de 741 pacientes, de los cuales el 68,9% eran varones con una edad media de 61,7 años (19,4 SD). El número de pacientes (entre paréntesis) y el porcentaje de varones para cada patología fue: DPM (272): 53,3%, DPPC (224): 75,9%, NEP (119): 79%, NES (126): 81. La edad (años) por patologías, junto a su desviación estándar, fue: DPM: 70,4 (12,7), DPPC: 63,2 (14,7), NEP: 31,1 (12,7), NES: 69,2 (15,2). El número de ingresos por las cuatro patologías a estudio prácticamente es similar a lo largo de los años, pero sí se objetiva un descenso en los ingresos globales en la UPP pasando de 227 en 2015 a 148 en 2018. Esto es derivado principalmente de que gracias a la creación de la UPP ya no ingresan pacientes con DP a estudio ni pacientes para realizar procedimientos (por. ej biopsias pleurales) que antes requerían ingreso. Analizamos las estancias medias de las distintas patologías estudiadas antes y después de la creación de la UPP. Los días de ingreso pasaban de 6,2 a 4,2 en los NEP (p 0,004), de 13,2 a 8,6 en los NES (p 0,005), de 18,3 a 11,9 en los DPPC (p 0,001) y de 10,3 a 12,3 en los DPM (p 0,05). Nuestros resultados mostraron una reducción significativa de las estancias medias hospitalarias, sin que ello conllevara una mayor tasa de reingresos. De hecho, en el caso de los DPM, reingresaron significativamente menos pacientes al mes del alta desde el desarrollo de la UPP. Además, la creación de la UPP propició la realización de un gran número de procedimientos de forma ambulatoria, el cual fue aumentando progresivamente desde el inicio. Se produjo un gran desarrollo de algunas de estas técnicas, sobre todo ecoguiadas, tales como la realización de biopsias de lesiones torácicas periféricas y la inserción de distintos tipos de drenajes, bien por técnica de Argyle o de Seldinger. Analizamos también la mortalidad en los pacientes con DPPC, evidenciando una disminución significativa de la mortalidad debida a los mismos cuando comparamos los años previos y posteriores a la creación de la UPP, pasando del 14,9% al 5,5% (p=0,021). Cabe reseñar que el número de pacientes oncológicos con DPPC era muy elevado en nuestra serie, tanto antes como después de la creación de la UPP, sin diferencias entre ambos periodos (32,1% vs 30,1%)(p=0,76). Las tasas de decorticación que fueron necesarias en los DPPC antes de la UPP eran del 11,7%, consiguiendo un descenso posterior hasta el 8,9%, sin llegar a ser éste significativo (p=0,49). En total, se realizaron 2.327 valoraciones en consulta. De ellas, 315 fueron primeras consultas y 2012 fueron revisiones. La edad media de las primeras visitas era de 67,2 años y de 64,5 años en las revisiones. El 60,8% de los pacientes de las primeras consultas y el 64,8% de las revisiones eran varones. Al comparar la evolución de los diferentes años, observamos en 2015: 67 primeras consultas y 336 revisiones, en 2016: 69 primeras consultas y 517 revisiones, en 2017: 82 primeras consultas y 550 revisiones y en 2018: 97 primeras consultas y 609 revisiones. Se objetiva, por tanto, un aumento progresivo de las primeras consultas y de las revisiones. De las primeras consultas, 220 (69,8%) de ellas fueron patología pleural a estudio. El tiempo medio de demora hasta la realización de una primera consulta fue de 9,48 días (11). La media de demora diagnóstica, desde la primera visita en la UPP, fue de 14,04 días (33,2). En el caso de DPM, el tiempo hasta el diagnóstico fue menor: 10,08 días (29,6). La UPP actuó además como una Unidad de rápida resolución en un porcentaje muy significativo de los casos, de modo que la realización de una toracocentesis diagnóstica el día de la primera consulta, junto con una adecuada ananmesis y los resultados de una exploración radiológica y ecográfica, permitieron el diagnóstico y alta o derivación a otra consulta especializada, en un 29,6% de los casos iniciales. De los 220 pacientes remitidos por DP a estudio, el 51,3% de los casos correspondían a DPM. De los DPM, el 35,8% eran secundarios a cáncer de pulmón seguido por un 13,8% que eran por cáncer de mama. En el caso de los DP benignos, los más frecuentes eran no filiados (17,1%) seguidos de los secundarios a insuficiencia cardiaca (15,6%). Se estima que durante 2015-2018 un 16,7% de los pacientes valorados en la UPP y que corresponde a un total de 389 pacientes, evitaron el ingreso por la existencia de la misma, pasando de 62 ingresos evitados en 2015 a 145 en 2018. Al realizar el ahorro de costes de la creación de la UPP, se estima que la cifra total de ahorro gracias a los ingresos evitados es de 3.695.271,08 euros. CONCLUSIONES 1. La creación de una Unidad de Patología Pleural favoreció en nuestro medio la disminución de los ingresos hospitalarios por esta patología. 2. La creación de la Unidad de Patología Pleural redujo de forma significativa las estancias medias de los pacientes con las patologías pleurales más prevalentes atendidas en nuestra área sanitaria. 3. La disminución de la estancia media en los procesos pleurales atendidos en la Unidad no ocasionó una mayor tasa de reingresos. 4. La creación de la Unidad de Patología Pleural redujo de forma significativa la mortalidad en los casos de derrame pleural paraneumónico complicado. 5. La valoración ambulatoria de pacientes con patología pleural en una consulta especializada permitió disminuir la presión asistencial en los Servicios de Urgencias, disminuyendo de forma muy importante el número de pacientes derivados para ingreso por esta patología. 6. La creación de la Unidad de Patología Pleural y la realización de procedimientos ambulatorios permitió reducir notablemente los gastos asociados al cuidado y tratamiento de los pacientes con patología pleural. 7. El estudio de las patologías más prevalentes causantes de enfermedad pleural puede hacerse de forma ambulatoria, disminuyendo así la sobrecarga asistencial, sin que ello redunde en un aumento de los tiempos de demora diagnóstica. BIBLIOGRAFÍA 1. Bhatnagar R, Maskell N. The modern diagnosis and management of pleural effusions. BMJ 2015;351. 2. Porcel JM, Esquerda A, Vives M, Bielsa S. Etiología del derrame pleural: análisis de más de 3.000 toracocentesis consecutivas. Arch Bronconeumol 2014;50:161–5. 3. Grijalva CG, Zhu Y, Nuorti JP, Griffin MR. Emergence of parapneumonic empyema in the USA. Thorax 2011;66:663–8. 4. Agostoni E. Mechanics of the pleural space. Physiol Rev 1972;52:57–128. 5. Broaddus VC, Light RW. What is the origin of pleural transudates and exudates? Chest 1992;102:658–9. 6. Sahn SA. State of the art. The pleura. Am Rev Respir Dis 1988;138:184–234. 7. Wiener-Kronish JP, Albertine KH, Licko V, Staub NC. Protein egress and entry rates in pleural fluid and plasma in sheep. J Appl Physiol 1984;56:459–63. 8. Blackmore CC, Black WC, Dallas R V, Crow HC. Pleural fluid volume estimation: a chest radiograph prediction rule. Acad Radiol 1996;3:103–9. 9. Light RW, Erozan YS, Ball WC. Cells in pleural fluid. Their value in differential diagnosis. Arch Intern Med 1973;132:854–60. 10. Villena V, López-Encuentra A, García-Luján R, Echave-Sustaeta J, Martínez CJA. Clinical implications of appearance of pleural fluid at thoracentesis. Chest 2004;125:156–9. 11. Bartter T, Santarelli R, Akers SM, Pratter MR. The evaluation of pleural effusion. Chest 1994;106:1209–14. 12. Light RW, Macgregor MI, Luchsinger PC, Ball WC. Pleural effusions: the diagnostic separation of transudates and exudates. Ann Intern Med 1972;77:507–13. 13. Bielsa S, Porcel JM, Castellote J, Mas E, Esquerda A, Light RW. Solving the Light’s Página | 10 criteria misclassification rate of cardiac and hepatic transudates. Respirology 2012;17:721–6. 14. Hamm H, Brohan U, Bohmer R, Missmahl HP. Cholesterol in pleural effusions. A diagnostic aid. Chest 1987;92:296–302. 15. Valdés L, Pose A, Suàrez J, Gonzalez-Juanatey JR, Sarandeses A, San José E, et al. Cholesterol: a useful parameter for distinguishing between pleural exudates and transudates. Chest 1991;99:1097–102. 16. Long AC, O’Neal HR, Peng S, Lane KB, Light RW. Comparison of pleural fluid N-terminal pro-brain natriuretic peptide and brain natriuretic-32 peptide levels. Chest 2010;137:1369–74. 17. Gunluoglu G, Olcmen A, Gunluoglu MZ, Dincer I, Sayar A, Camsari G, et al. Resultados del seguimiento a largo plazo de pacientes con derrame pleural no diagnosticado. Arch Bronconeumol 2015;51:632–6. 18. Villena Garrido V, Ferrer Sancho J, Hernández Blasco L, de Pablo Gafas A, Pérez Rodríguez E, Rodríguez Panadero F, et al. Diagnosis and treatment of pleural effusion. Arch Bronconeumol 2006;42:349–72. 19. Maskell N, British Thoracic Society Pleural Disease Guideline Group. British Thoracic Society Pleural Disease Guidelines - 2010 update. Thorax 2010;65:667–9. 20. Liang Q-L, Shi H-Z, Wang K, Qin S-M, Qin X-J. Diagnostic accuracy of adenosine deaminase in tuberculous pleurisy: A meta-analysis. Respir Med 2008;102:744–54. 21. Ferreiro L, San José E, Valdés L. Derrame pleural tuberculoso. Arch Bronconeumol 2014;50:435–43. 22. Krenke R, Korczyński P. Use of pleural fluid levels of adenosine deaminase and interferon gamma in the diagnosis of tuberculous pleuritis. Curr Opin Pulm Med 2010;16:367–75. 23. Cheng DS, Rodriguez RM, Rogers J, Wagster M, Starnes DL, Light RW. Comparison of pleural fluid pH values obtained using blood gas machine, pH meter, and pH indicator strip. Chest 1998;114:1368–72. 24. Berg J, Guiot J, Heinen V, Corhay JL, Louis R, Duysinx B. Comparison between chylothorax and pseudochylothorax. Rev Med Liege 2015;70:73–7. 25. Valdés L, José ES, Pose A, González-Barcala FJ, Álvarez-Dobaño JM, Ferreiro L, et al. Valor diagnóstico de los niveles del N-terminal pro-péptido natriurético cerebral en los derrames pleurales de origen cardiaco. Arch Bronconeumol 2011;47:246–51. 26. Villena Garrido V, Cases Viedma E, Fernández Villar A, de Pablo Gafas A, Pérez Rodríguez E, Porcel Pérez JM, et al. Recommendations of diagnosis and treatment of pleural effusion. Update. Arch Bronconeumol 2014;50:235–49. 27. Saguil A, Wyrick K, Hallgren J. Diagnostic approach to pleural effusion. Am Fam Physician 2014;90:99–104. 28. Krenke R, Nasilowski J, Korczynski P, Gorska K, Przybylowski T, Chazan R, et al. Incidence and aetiology of eosinophilic pleural effusion. Eur Respir J 2009;34:1111–7. 29. Escudero Bueno C, García Clemente M, Cuesta Castro B, Molinos Martín L, Rodríguez Ramos S, González Panizo A, et al. Cytologic and bacteriologic analysis of fluid and pleural biopsy specimens with Cope’s needle. Study of 414 patients. Arch Intern Med 1990;150:1190–4. 30. Rahman NM, Munavvar M. Investigation of the patient with pleural effusion. Clin Med 2009;9:174–8. 31. Rooper LM, Ali SZ, Olson MT. A minimum fluid volume of 75 mL is needed to ensure adequacy in a pleural effusion: a retrospective analysis of 2540 cases. Cancer Cytopathol 2014;122:657–65. 32. Bresser P, Kromhout JG, Reekers JA, Verhage TL. Chylous pleural effusion associated with primary lymphedema and lymphangioma-like malformations. Chest 1993;103:1916–8. 33. Maskell NA, Batt S, Hedley EL, Davies CWH, Gillespie SH, Davies RJO. The Bacteriology of Pleural Infection by Genetic and Standard Methods and Its Mortality Significance. Am J Respir Crit Care Med 2006;174:817–23. 34. Valdés L, Alvarez D, San José E, Penela P, Valle JM, García-Pazos JM, et al. Tuberculous pleurisy: a study of 254 patients. Arch Intern Med 1998;158:2017–21. 35. Heyderman RS, Makunike R, Muza T, Odwee M, Kadzirange G, Manyemba J, et al. Pleural tuberculosis in Harare, Zimbabwe: the relationship between human immunodeficiency virus, CD4 lymphocyte count, granuloma formation and disseminated disease. Trop Med Int Health 1998;3:14–20. 36. Luzze H, Elliott AM, Joloba ML, Odida M, Oweka-Onyee J, Nakiyingi J, et al. Evaluation of suspected tuberculous pleurisy: clinical and diagnostic findings in HIV-1-positive and HIV-negative adults in Uganda. Int J Tuberc Lung Dis 2001;5:746–53. 37. Ruskin JA, Gurney JW, Thorsen MK, Goodman LR. Detection of pleural effusions on supine chest radiographs. AJR Am J Roentgenol 1987;148:681–3. 38. Vollmer I, Gayete A. Chest ultrasonography. Arch Bronconeumol 2010;46:27–34. 39. Feller-Kopman D. Ultrasound-guided thoracentesis. Chest 2006;129:1709–14. 40. Gryminski J, Krakówka P, Lypacewicz G. The diagnosis of pleural effusion by ultrasonic and radiologic techniques. Chest 1976;70:33–7. 41. Tardella M, Gutierrez M, Salaffi F, Carotti M, Ariani A, Bertolazzi C, et al. Ultrasound in the assessment of pulmonary fibrosis in connective tissue disorders: correlation with high-resolution computed tomography. J Rheumatol 2012;39:1641–7. 42. Corradi F, Brusasco C, Pelosi P. Chest ultrasound in acute respiratory distress syndrome. Curr Opin Crit Care 2014;20:98–103. 43. Lichtenstein DA, Mezière GA. Relevance of lung ultrasound in the diagnosis of acute respiratory failure the BLUE protocol. Chest 2008;134:117–25. 44. Leung AN, Müller NL, Miller RR. CT in differential diagnosis of diffuse pleural disease. Am J Roentgenol 1990;154:487–92. 45. Qureshi NR, Gleeson F V. Imaging of pleural disease. Clin Chest Med 2006;27:193–213. 46. Hooper C, Lee YCG, Maskell N, BTS Pleural Guideline Group. Investigation of a unilateral pleural effusion in adults: British Thoracic Society pleural disease guideline 2010. Thorax 2010;65:ii4–17. 47. Foroulis CN, Zarogoulidis P, Darwiche K, Katsikogiannis N, Machairiotis N, Karapantzos I, et al. Superior sulcus (Pancoast) tumors: current evidence on diagnosis and radical treatment. J Thorac Dis 2013;5 Suppl 4:S342-58. 48. Yildirim H, Metintas M, Entok E, Ak G, Ak I, Dundar E, et al. Clinical value of fluorodeoxyglucose-positron emission tomography/computed tomography in differentiation of malignant mesothelioma from asbestos-related benign pleural disease: an observational pilot study. J Thorac Oncol 2009;4:1480–4. 49. Light RW. Update on tuberculous pleural effusion. Respirology 2010;15:451–8. 50. Porcel JM, Light RW. Diagnostic approach to pleural effusion in adults. Am Fam Physician 2006;73:1211–20. 51. Cao Y-Y, Fan N, Xing F, Xu L-Y, Qu Y-J, Liao M-Y. Computed tomography-guided cutting needle pleural biopsy: Accuracy and complications. Exp Ther Med 2015;9:262–6. 52. Diacon AH, Van de Wal BW, Wyser C, Smedema JP, Bezuidenhout J, Bolliger CT, et al. Diagnostic tools in tuberculous pleurisy: a direct comparative study. Eur Respir J 2003;22:589–91. 53. Froudarakis ME. Diagnostic work-up of pleural effusions. Respiration 2008;75:4–13. 54. Lee P, Colt HG. Pleuroscopy in 2013. Clin Chest Med 2013;34:81–91. 55. Blanc F-X, Atassi K, Bignon J, Housset B. Diagnostic value of medical thoracoscopy in pleural disease: a 6-year retrospective study. Chest 2002;121:1677–83. 56. Rodríguez Panadero F. Thoracoscopy today: indications and procedure. Arch Bronconeumol 2004;40 Suppl 6:49–54. 57. Hersh CP, Feller-Kopman D, Wahidi M, Garland R, Herth F, Ernst A. Ultrasound guidance for medical thoracoscopy: a novel approach. Respiration 2003;70:299–301. 58. Porcel JM, Statophoulos G, Lee YCG. Advances and controversies in pleural diseases. J Thorac Dis 2015;7:961–3. 59. Botana-Rial M, Fernández-Villar A. The importance of units specialising in pleural disease for postgraduate training. Rev Clin Esp 2016;216:481–2. 60. Bhatnagar R, Maskell N. Developing a “pleural team” to run a reactive pleural service. Clin Med 2013;13:452–6. 61. Duncan DR, Morgenthaler TI, Ryu JH, Daniels CE. Reducing iatrogenic risk in thoracentesis: establishing best practice via experiential training in a zero-risk environment. Chest 2009;135:1315–20. 62. Domingo C, Sans-Torres J, Solà J, Espuelas H, Marín A. Effectiveness and efficiency of a specialized unit in the care of patients with chronic obstructive pulmonary disease and respiratory insufficiency. Arch Bronconeumol 2006;42:104–12. 63. Pérez de Llano LA, Villoro R, Merino M, Gómez Neira M del C, Muñiz C, Hidalgo Á. Cost Effectiveness of Outpatient Asthma Clinics. Arch Bronconeumol 2016;52:196–203. 64. Arca JA, Ramos MAB, de la Infanta RG, López CP, Pérez LG, López JL. Lung cancer diagnosis: hospitalization costs. Arch Bronconeumol 2006;42:569–74. 65. Villena V, López Encuentra A, de Pablo A, Echave-Sustaeta J, Alvarez Martínez C, Martín Escribano P. Ambulatory diagnosis of patients requiring a pleural biopsy. Study of 100 consecutive cases. Arch Bronconeumol 1997;33:395–8. 66. Botana Rial M, Leiro Fernández V, Represas Represas C, Pallarés Sanmartín A, Del Campo Pérez V, Fernández-Villar A. Cost-effectiveness study of the diagnosis of pleural effusion in chest diseases outpatient clinic. Arch Bronconeumol 2010;46:473–8. 67. Antolín García MT, Izquierdo Patrón M, Ferreras de la Fuente AM. Hospitalization management in pneumo application of an appropriateness protocol. Arch Bronconeumol 2000;36:422. 68. Velasco Díaz L, García Ríos S, Oterino de la Fuente D, Suárez García F, Diego Roza S, Fernández Alonso R. Impact on hospital days of care due to unnecessary emergency admissions. Rev Esp Salud Publica 2005;79:541–9. 69. Young RL, Bhatnagar R, Medford ARL, Maskell NA. Evaluation of an ambulatory pleural service: costs and benefits. Br J Hosp Med (Lond) 2015;76:608. 70. Hooper CE, Lee YCG, Maskell NA. Setting up a specialist pleural disease service. Respirology 2010;15:1028–36. 71. ISO; Organizacion Internacional de Normalización. Iso 9001 (2015). Iso 2005. 72. AENOR. UNE-EN ISO 9001:2015 Sistemas de gestión de la calidad. Requisitos. AENOR 2015. 73. Medina León A, Nogueira Rivera D, Hernández Nariño A. Relevancia de la Gestión por Procesos en la Planificación Estratégica y la Mejora Continua. Eidos 1970. 74. Rojas González AA. Modelos de gestión por procesos integrados en salud. Ene 2015. 75. Anderson JL, Heidenreich PA, Barnett PG, Creager MA, Fonarow GC, Gibbons RJ, et al. ACC/AHA Statement on Cost/Value Methodology in Clinical Practice Guidelines and Performance Measures. Circulation 2014;129:2329–45. 76. Evison M, Blyth KG, Bhatnagar R, Corcoran J, Saba T, Duncan T, et al. Providing safe and effective pleural medicine services in the UK: an aspirational statement from UK pleural physicians. BMJ Open Respir Res 2018;5:e000307. 77. Light RW, Porcel JM. Parapneumonic effusions and empyema. Med Clin (Barc) 2000;115:384–91. 78. Chalmers JD, Singanayagam A, Murray MP, Scally C, Fawzi A, Hill AT. Risk factors for complicated parapneumonic effusion and empyema on presentation to hospital with community-acquired pneumonia. Thorax 2009;64:592–7. 79. Lisboa T, Waterer GW, Lee YCG. Pleural infection: changing bacteriology and its implications. Respirology 2011;16:598–603. 80. Masson A, Ménetrey C, Garnier F, Bahans C, Fargeot A, Layadi M, et al. Parapneumonic pleural effusion incidence in a French region before and during the antipneumococcal vaccine era. Arch Pediatr 2011;18:846–9. 81. Heffner JE, Brown LK, Barbieri C, DeLeo JM. Pleural fluid chemical analysis in parapneumonic effusions. A meta-analysis. Am J Respir Crit Care Med 1995;151:1700–8. 82. Antony VB, Mohammed KA. Pathophysiology of pleural space infections. Semin Respir Infect 1999;14:9–17. 83. Sahn SA, Taryle DA, Good JT. Experimental empyema. Time course and pathogenesis of pleural fluid acidosis and low pleural fluid glucose. Am Rev Respir Dis 1979;120:355–61. 84. Pine JR, Hollman JL. Elevated pleural fluid pH in Proteus mirabilis empyema. Chest 1983;84:109–11. 85. Light RW, Girard WM, Jenkinson SG, George RB. Parapneumonic effusions. Am J Med 1980;69:507–12. 86. Aujayeb A, Parker S, Bourke S, Miller J, Cooper D. A review of a pleural service. J R Coll Physicians Edinb 2016;46:26–31. 87. Roberts ME, Neville E, Berrisford RG, Antunes G, Ali NJ, BTS Pleural Disease Guideline Group. Management of a malignant pleural effusion: British Thoracic Society pleural disease guideline 2010. Thorax 2010;65:ii32–40. 88. Porcel JM, Alvarez M, Salud A, Vives M. Should a cytologic study be ordered in transudative pleural effusions? Chest 1999;116:1836–7. 89. Spector M, Pollak JS. Management of malignant pleural effusions. Semin Respir Crit Care Med 2008;29:405–13. 90. Antunes G, Neville E, Duffy J, Ali N, Pleural Diseases Group, Standards of Care Committee, British Thoracic Society. BTS guidelines for the management of malignant pleural effusions. Thorax 2003;58 Suppl 2:ii29-38. 91. Burrows CM, Mathews WC, Colt HG. Predicting survival in patients with recurrent symptomatic malignant pleural effusions: an assessment of the prognostic values of physiologic, morphologic, and quality of life measures of extent of disease. Chest 2000;117:73–8. 92. Cases E, Seijo L, Disdier C, Lorenzo MJ, Cordovilla R, Sanchis F, et al. Uso del drenaje pleural permanente en el manejo ambulatorio del derrame pleural maligno recidivante. Arch Bronconeumol 2009;45:591–6. 93. Postmus PE, Brambilla E, Chansky K, Crowley J, Goldstraw P, Patz EF, et al. The IASLC Lung Cancer Staging Project: Proposals for Revision of the M Descriptors in the Forthcoming (Seventh) Edition of the TNM Classification of Lung Cancer. J Thorac Oncol 2007;2:686–93. 94. Clive AO, Kahan BC, Hooper CE, Bhatnagar R, Morley AJ, Zahan-Evans N, et al. Predicting survival in malignant pleural effusion: development and validation of the LENTprognostic score. Thorax 2014;69:1098–104. 95. Lee YCG, Wilkosz S. Malignant pleural effusions: fixing the leaky faucet. Am J Respir Crit Care Med 2008;178:3–5. 96. Heffner JE, Klein JS. Recent advances in the diagnosis and management of malignant pleural effusions. Mayo Clin Proc 2008;83:235–50. 97. Sahn SA. Pleural diseases related to metastatic malignancies. Eur Respir J 1997;10:1907–13. 98. Chen H, Brahmer J. Management of malignant pleural effusion. Curr Oncol Rep 2008;10:287–93. 99. Haas AR, Sterman DH, Musani AI. Malignant pleural effusions: management options with consideration of coding, billing, and a decision approach. Chest 2007;132:1036–41. 100. Grupo de Trabajo de la SEPAR. Diagnostic criteria and treatment of pneumothorax. Arch Bronconeumol 2002;38:589–95. 101. Schramel FM, Postmus PE, Vanderschueren RG. Current aspects of spontaneous pneumothorax. Eur Respir J 1997;10:1372–9. 102. Sadikot RT, Greene T, Meadows K, Arnold AG. Recurrence of primary spontaneous pneumothorax. Thorax 1997;52:805–9. 103. Reed MF, Gilbert CR, Taylor MD, Toth JW. Endobronchial Valves for Challenging Air Leaks. Ann Thorac Surg 2015;100:1181–6. 104. Davies HE, Mishra EK, Kahan BC, Wrightson JM, Stanton AE, Guhan A, et al. Effect of an indwelling pleural catheter vs chest tube and talc pleurodesis for relieving dyspnea in patients with malignant pleural effusion: the TIME2 randomized controlled trial. JAMA 2012;307:2383–9. 105. Demmy TL, Gu L, Burkhalter JE, Toloza EM, D’Amico TA, Sutherland S, et al.Optimal management of malignant pleural effusions (results of CALGB 30102). J Natl Compr Canc Netw 2012;10:975–82. 106. Sabur NF, Chee A, Stather DR, Maceachern P, Amjadi K, Hergott CA, et al. The impact of tunneled pleural catheters on the quality of life of patients with malignant pleural effusions. Respiration 2013;85:36–42. 107. Pien GW, Gant MJ, Washam CL, Sterman DH. Use of an implantable pleural catheter for trapped lung syndrome in patients with malignant pleural effusion. Chest 2001;119:1641–6. 108. Tremblay A, Michaud G. Single-Center Experience With 250 Tunnelled Pleural Catheter Insertions for Malignant Pleural Effusion. Chest 2006;129:362–8. 109. Fysh ETH, Waterer GW, Kendall PA, Bremner PR, Dina S, Geelhoed E, et al. Indwelling pleural catheters reduce inpatient days over pleurodesis for malignant pleural effusion. Chest 2012;142:394–400. 110. Tremblay A, Mason C, Michaud G. Use of tunnelled catheters for malignant pleural effusions in patients fit for pleurodesis. Eur Respir J 2007;30:759–62. 111. Pollak JS. Malignant pleural effusions: treatment with tunneled long-term drainage catheters. Curr Opin Pulm Med 2002;8:302–7. 112. Pollak JS, Burdge CM, Rosenblatt M, Houston JP, Hwu WJ, Murren J. Treatment of malignant pleural effusions with tunneled long-term drainage catheters. J Vasc Interv Radiol 2001;12:201–8. 113. Chalhoub M, Harris K, Castellano M, Maroun R, Bourjeily G. The use of the PleurX catheter in the management of non-malignant pleural effusions. Chron Respir Dis 2011;8:185–91. 114. Olden AM, Holloway R. Treatment of Malignant Pleural Effusion: PleuRx ® Catheter or Talc Pleurodesis? A Cost-Effectiveness Analysis. J Palliat Med 2010;13:59–65. 115. Weingardt JP, Guico RR, Nemcek AA, Li YP, Chiu ST. Ultrasound findings following failed, clinically directed thoracenteses. J Clin Ultrasound 1994;22:419–26. 116. Campisi P, Voitk AJ. Outpatient treatment of spontaneous pneumothorax in a community hospital using a Heimlich flutter valve: a case series. J Emerg Med 1997;15:115–9. 117. Lehtomäki A, Nevalainen R, Ukkonen M, Nieminen J, Laurikka J, Khan J. Trends in the Incidence, Etiology, Treatment, and Outcomes of Pleural Infections in Adults Over a Decade in a Finnish University Hospital. Scand J Surg 2019:1457496919832146. 118. Hallifax RJ, Goldacre R, Landray MJ, Rahman NM, Goldacre MJ. Trends in the Incidence and Recurrence of Inpatient-Treated Spontaneous Pneumothorax, 1968-2016. JAMA 2018;320:1471–80. 119. Rodgers-Fischi P, Vyas KS, Davenport D, Saha SP. Trends in the Management of Spontaneous Pneumothorax: A Single Center Experience. W V Med J n.d.;113:30–5. 120. Dusemund F, Weber MD, Nagel W, Schneider T, Brutsche MH, Schoch OD. Characteristics of medically and surgically treated empyema patients: A retrospective cohort study. Respiration 2013;86:288–94. 121. National Cancer Registry O for NS. Cancer Registration Statistics. Stat Bull 2015. 122. Marchetti G, Arondi S, Baglivo F, Lonni S, Quadri F, Valsecchi A, et al. New insights in the use of pleural ultrasonography for diagnosis and treatment of pleural disease. Clin Respir J 2018;12:1993–2005. 123. Poon HCL, Ng SW, Chan YY, Tse KC, Chan V, Chu CM. Portable thoracic ultrasound (TUS) improve accuracy and safety in the characterization of pleural disease. Respirology 2012;17:57. 124. Falguera M, Carratala J, Bielsa S, Garcia-Vidal C, Ruiz-Gonzalez A, Chica I, et al. Predictive factors, microbiology and outcome of patients with parapneumonic effusion. EurRespir J 2011;38:1173–9. 125. Brims FJH, Lansley SM, Waterer GW, Lee YCG. Empyema thoracis: new insights into an old disease. Eur Respir Rev 2010;19:220–8. 126. Nielsen J, Meyer CN, Rosenlund S. Outcome and clinical characteristics in pleural empyema: A retrospective study. Scand J Infect Dis 2011;43:430–5. 127. Ritchie M, Brown C, Bowling M. Chest Tubes. Clin Pulm Med 2017;24:37–53. 128. Maskell NA, Davies CWH, Nunn AJ, Hedley EL, Gleeson F V., Miller R, et al. U.K. Controlled Trial of Intrapleural Streptokinase for Pleural Infection. N Engl J Med 2005;352:865–74. 129. Jeon KN, Bae K, Park MJ, Choi HC, Shin HS, Shin S, et al. US-guided transthoracic biopsy of peripheral lung lesions: pleural contact length influences diagnostic yield. Acta Radiol 2014;55:295–301. 130. Khosla R, Rohatgi PK, Seam N. Ultrasound-guided Fine Needle Aspiration Biopsy of Pleural-based Intrathoracic Lesions. J Bronchology Interv Pulmonol 2009;16:87–90. 131. Laursen CB, Naur TMH, Bodtger U, Colella S, Naqibullah M, Minddal V, et al. Ultrasound-guided Lung Biopsy in the Hands of Respiratory Physicians: Diagnostic Yield and Complications in 215 Consecutive Patients in 3 Centers. J Bronchology Interv Pulmonol 2016;23:220–8. 132. Bhatnagar R, Corcoran JP, Maldonado F, Feller-Kopman D, Janssen J, Astoul P, et al. Advanced medical interventions in pleural disease. Eur Respir Rev 2016;25:199–213. 133. Hasan N, Barnes S. Improving the documentation of pleural procedures: the impact of a new standardised pleural procedure pro forma. Clin Med 2016;16:s14.