El poder del imaginariola potencialidad creadora y el poder instituyente de lo simbólico

  1. BARTOLOMÉ RUIZ, CASTOR
Dirixida por:
  1. Patxi Lanceros Méndez Director

Universidade de defensa: Universidad de Deusto

Fecha de defensa: 27 de xaneiro de 2000

Tribunal:
  1. Josetxo Beriain Presidente/a
  2. Juan Manuel Almarza Meñica Secretario/a
  3. Luis Garagalza Arrizabalaga Vogal
  4. Marcelino Agís Villaverde Vogal
  5. Andrés Ortiz Osés Vogal

Tipo: Tese

Teseo: 79783 DIALNET

Resumo

Uno de los objetivos principales de la tesis es rescatar la importancia central del imaginario como "fuente" constituyente del anthropos y de la sociedad por él construida. El imaginario no es una facultad secundaria o prescindible del ser humano. El es el que constituye al ser humano en cuanto tal y le abre la creación inédita de eidos o significaciones sociales a través de los cuales instituye la sociedad. El imaginario se manifiesta como la dimensión insondable e indeterminable del ser humano. El imaginario solo puede ser comprendido a traves de sus manifestaciones, pero no puede ser explicado por medio de definiciones conclusivas. Siendo indeterminable, no lo es hasta el extremo de que no podamos aproximarnos de el a traves algun tipo de formulación teorica. Si fuese absolutamente indeterminable, nos seria totalmente desconocido. El se especifica en concreciones socio-historicas, pero no se agota en ninguna de ellas. Cualquier delimitación del imaginario, es siempre una limitación rebasable por la desbordante potencialidad creadora del mismo. En nuestra tesis mostramos que el poder del imaginario esta estructurado, en todas sus manifestaciones, por una doble dimensión: la potencialidad creadora y el poder instituyente. A través de la potencialidad creadora, el imaginario se manifiesta como la fuente incesante de creación socio-historica del ser humano y de la sociedad. Pero una creación continua de formas históricas o significaciones sociales llevaría al ser humana y a la sociedad a una dinámica de volatilidad permanente. Las creaciones del imaginario, para tener permanencia y estabilidad socio-historica, tienen que objetivarse y solidificarse en formas socialmente instituidas, en determinaciones históricas. Este objetivación o solidificación de las significaciones sociales se realiza por el poder instituyente del imaginario. La potencialidad creadora y el poder instituyente del imaginario se imbrican tensionalmente en