La escultura como territorio emocional de la forma y del espacio. Reflexiones sobre su proceso de enseñanza y aprendizaje en la Educación Secundaria Obligatoria

  1. Vidal Ruiz de Velasco, Ana María
Dirixida por:
  1. María Xesús Agra Pardiñas Director
  2. Javier Cabo Villaverde Director
  3. Carmen Franco Vázquez Titora

Universidade de defensa: Universidade de Santiago de Compostela

Fecha de defensa: 14 de maio de 2019

Tribunal:
  1. José María Mesías Lema Presidente/a
  2. Vicente Blanco Mosquera Secretario
  3. Maria Teresa Torres Pereira de Eça Vogal
Departamento:
  1. Departamento de Didácticas Aplicadas

Tipo: Tese

Resumo

La tesis doctoral La escultura como territorio emocionalde la forma y del espacio. Reflexiones sobre su proceso de enseñanza y aprendizaje en la Educación Secundaria Obligatoria, surge de un recorrido personal y profesional. La idea parte del encuentro de dos situaciones generatrices: Por un lado, las experiencias vividas como profesora de educación plástica en distintos cursos de la Educación Secundaria Obligatoria —«ESO»— durante la realización del practicum del Máster de Profesorado y como tallerista de diferentes workshops, me ponen por primera vez en alerta sobre la exigua importancia concedida a la enseñanza de la plástica tridimensional en la formación del alumnado durante esos años. Por otro lado mis estudios, siempre relacionados con concepciones de este tipo —primero en la escuela de arquitectura, después como diseñadora de producto y finalmente como escultora—, certifican la necesidad de un mejor manejo del lenguaje tridimensional. La extracción de estos datos se constata también a nivel bibliográfico, pues cualquier búsqueda relacionada con la enseñanza del volumen resulta pobre y, en general, anticuada; siendo por el contrario abundante toda aquélla concerniente a la enseñanza del dibujo y la pintura. Además, en su mayoría, los manuales suelen estar orientados a Educación Infantil, Primaria y Bachillerato, olvidando un margen de edad tan significativo y determinante como es el de la ESO. Partiendo de la premisa de que la escultura es el arte de la forma tridimensional y que, por lo tanto, como cualquier otra forma de arte constituye en sí misma un lenguaje, no debemos obviar el hecho de que estamos ante un modo más de comunicar y vivenciar. Además, resulta fundamental para el desarrollo y entendimiento de muchas otras disciplinas (matemáticas, física, historia, tecnología...) e imprescindible para la comprensión de una realidad que es inevitablemente en tres dimensiones. Por todo ello, el propósito central de esta tesis consiste no solo en poner en evidencia la escasa consideración concedida a las actividades plásticas vinculadas a la enseñanza de la escultura, sino que también pretende manifestar las ventajas que comportaría hacer un mayor hincapié en el planteamiento y desarrollo de este tipo de prácticas. La revisión de los manuales empleados en educación artística durante esta etapa, la recogida de datos sobre la formación de los profesionales de la educación plástica, así como el hecho de conocer los procesos de aprendizaje que han sido decisivos en la formación de diferentes artistas, son algunas de las claves del proceso de investigación; pero lo fundamental del estudio se centra en poder plantear una propuesta de mejora en los métodos de enseñanza capaz de repercutir significativamente en la formación del alumnado. Atendiendo al análisis de las metodologías de investigación utilizadas en esta tesis, podemos concluir que se inscribe en el paradigma de la investigación cualitativa, y que se articula sobre la base de las relaciones entre las tres líneas fundamentales que la han vertebrado: En primer lugar, este trabajo está fundamentado en un modelo de paradigma cualitativo: la Investigación basada en las Artes (Art-Based Research), concretamente en la investigación artístico-narrativa, donde los modos de «ser» y «hacer» en el proceso de aprender se convierten en relatos o historias contados por los propios protagonistas de la investigación (profesorado, alumnado, artistas y yo misma como investigadora), en experiencias, actividades, procesos, etc. vividos de un modo compartido, sobre los que podemos volver a aprender. En segundo lugar, se enmarca en el paradigma participativo y dialógico —que la inscribe en la defensa de una forma de implicación más activa, colaborativa y crítica, que demanda a la comunidad investigadora un ejercicio de reflexividad que aborde al mismo tiempo la postura del investigador y las connotaciones éticas, sociales y políticas de la propia investigación—. Y por último, no por ser menos importante, utiliza una línea —dentro de la investigación-acción como metodología orientada hacia el cambio educativo— que se caracteriza por significar un proceso que se construye «desde» y «para» la práctica, con el fin de comprenderla y mejorarla a través de su transformación.