Pedagogía social y territorioparticipación para innovar en la práctica educativa

  1. Valderrama-Hernández, Rocío
Dirixida por:
  1. Dolores Limón Domínguez Director

Universidade de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 04 de xuño de 2012

Tribunal:
  1. José Antonio Caride Gómez Presidente
  2. Francisco F. García-Pérez Secretario/a
  3. Emilio Lucio-Villegas Vogal
  4. Estrella Gualda Caballero Vogal
  5. Juan Carlos Tójar Hurtado Vogal

Tipo: Tese

Teseo: 337691 DIALNET lock_openIdus editor

Resumo

El presente trabajo es el resultado de una investigación desarrollada en el marco del proyecto de Presupuestos Participativos de Sevilla, a partir del inicio de una formación académica superior en el Programa de Doctorado Educación y Sociedad impartido en el Departamento de Teoría e Historia de la Educación y Pedagogía Social, en la Facultad de Ciencias de la Educación, de la Universidad de Sevilla (2004-2006). En este contexto formativo comenzamos un estudio colectivo sobre la participación de la infancia y la juventud en los espacios que el Ayuntamiento de Sevilla facilitaba a la ciudadanía, como es el caso de Presupuestos Participativos. A partir de este momento, en el que la comunidad que participa nos plantean un deseo de contar con todas las generaciones en el proceso, comenzamos a descubrir resistencias y fortalezas que generan determinadas oportunidades a la infancia y juventud como ciudadanía con pleno de derecho de decisión en los temas que les afectan. A estos niveles, la investigación la desarrollamos en toda la ciudad, con la pretensión de trabajar una concepción de la participación que entiende que las personas deben tomar decisiones y deben ser reconocidas como ciudadanos con plenos derechos desde los primeros niveles educativos. En este tejido, el presente trabajo lo contextualizamos en una zona particular, concretamente en el barrio de San Jerónimo para estudiar una propuesta que los niños y jóvenes del barrio plantean, consiguen y finalmente autogestionan. Esta es una actividad de ocio en el instituto del barrio, como lugar de encuentro, diversión y reconocimiento del territorio que habitan. El trabajo lo sustentamos a partir de planteamientos teóricos y prácticos desde la pedagogía social (en adelante PS), que permiten construir colectivamente algunas estrategias de visibilizacion de la comunidad de niños y jóvenes. Asimismo esta visibilidad reconoce la proyección en estilos ciudadanos que potencien la construcción de una identidad como personas con capacidades y talentos en el presente, como nos enseñan diversas y emergentes experiencias locales y globales. Las espirales creativas colectivas de la infancia y la juventud en los momentos que vivimos, junto con las aportaciones operativas que pueden ofrecer las ciencias sociales, generan oportunidades que valen la pena investigar. La apuesta de la que partimos implica desde la acción experimentar itinerarios y procesos autogestionados que orientan y ofrecen luz a trayectorias que pretenden visibilizar aspiraciones y deseos de sectores no reconocidos, y al mismo tiempo, fortalecer discursos y prácticas populares desde la experiencia. Esta investigación pone su énfasis en los campos de la niñez y la juventud como pertinencia social que posibilita crear procesos y espacios de diálogo entre niños, jóvenes, investigadores, familia, profesionales, políticos y agentes comunitarios, alrededor de la investigación como herramienta para impactar la creación y transformación social, así mismo, como un medio que pretenden encontrar respuestas permitentes. Nuestro recorrido lo realizamos sobre los derechos educativos para consolidar una ciudadanía que toma decisiones en torno a los problemas que les afectan, y sobre todo, otorga mayor protagonismo a la infancia y la juventud. La agenda académica, política y social que pretenda lograr un desarrollo equitativo en un contexto de paz y democracia deberá dar cuenta de comprensiones profundas contextualizadas y sobre todo críticas sobre las condiciones y procesos en los que se construye las identidades y subjetividades de los niños y jóvenes. Para ello, en estos tiempos, la PS facilita la construcción de pensamiento que entiende el derecho de plena ciudadanía desde los primeros niveles educativos como un logro social. Experiencias innovadoras, promovidas desde procesos autónomos y autogestionados por la propia población afectada, son ejercicios que suelen ser desacreditados o incluso ocultados por las instituciones. Las grandes potencias políticas hablan de no participación, de apatía, de desinterés y crisis de valores. Esta investigación invita a desvelar y consolidar trayectorias para construir proyectos políticos emancipatorios que acompañados desde abajo, refuercen nuevos caminos y alternativas. El sueño de construir una realidad compleja, solidaria y corresponsable que estimulan la búsqueda de una mayor calidad de vida con cada personas protagonistas en su entorno. Las pretensiones iniciales a principios del año 2005, en cuanto a disponer de herramientas que posibiliten hacer visible lo invisible, se ven consolidadas, desde la puesta en práctica y la experimentación de procesos participativos con metodologías que implican al territorio donde trabajamos. Tanto los conflictos, los actores y sus vínculos, los recursos y las potencialidades de la realidad del territorio comienzan a conformase desde trayectorias de investigación; donde se pasa de procesos de indignación o resignación a procesos con estilos participativos para solucionar problemas (en base a tomar decisiones compartida y proyecciones de intervención). La enunciación y la puesta en marcha de propuestas y acciones creativas consolidan el proceso de transformación de la realidad social del territorio que nos ocupa. El uso estratégico de este trabajo supone un nuevo reto para conectar con otras experiencias pedagógicas cuando su valor social, no siempre reconocido, no cuenta a veces con un apoyo institucional. Las ciencias sociales tienen el desafío de no bloquear los flujos creativos de la humanidad; se han de aprovechar y valorar las energías de grupos y relaciones que están experimentando otras formas de hacer. Este desafío a su vez se encuentra en cómo las ciencias miran y comprenden estos procesos de acción colectiva para no frenar las iniciativas y creatividad. Las metodologías de análisis, las herramientas que posibilitan la acción colectiva, como los marcos interpretativos se ajustan en torno a instrumentos clásicos que posibilitan conocer a los movimientos desde fuera (Ibarra 1998). Pero adentrarse en éstos y generar procesos reflexivos desde y con ellos, conocer las dinámicas internas de manera que se valoren conjuntamente (investigador y participantes. El recorrido de este trabajo esta cargado de un carácter intergeneracional) y aprovecharse de las potencialidades desde el propio accionar, son nuevos desafíos sociales desde la cotidianidad con investigaciones que surgen de la praxis. Este trabajo se divide en dos partes diferenciadas. En primer lugar el marco teórico posteriormente el marco metodológico. La redacción es asumida únicamente por la investigadora; aunque el grupo posee sus espacios de producción y sistematización (notas de campo, actas, planificaciones, documentos, y producciones cartográficas, etc.). Posteriormente la triangulación con las aportaciones varias del proceso de investigación relata y reconstruye críticamente el proceso vivido. En la primera parte, desarrollamos el marco teórico, estructurado en tres capítulos que describen aspectos y saberes de la realidad de forma sistemática construyendo conocimiento científico. En este sentido cada uno de ello aporta una visión general del panorama actual de la PS y sus de la posibilidad de utilizar formatos que favorezcan la creatividad e innovación a través de la participación y del papel social de la infancia y la juventud. En el capítulo uno, estudiamos la PS como cuerpo teórico, analítico y práctico, para conformar un modelo que conjugue los tres perfiles creando un espacio formal donde el compromiso de los procesos de enseñanza aprendizaje nazcan de la pasión por desarrollar un pensamiento educativo junto a la investigación de la acción, como formato innovador. En este sentido el sincronizar actitudes, capacidades, tiempos y espacios plantea otra cuestión a superar desde la reflexión compartida, la posibilidad de emprender conjuntamente acciones creativas en ritmos sincronizados, estos nos llevan a pensar la diversidad y complejidad particular de la práctica, de las teorías educativas, y la idiosincrasia de los territorios donde se desarrollan. Precisamente por todo ello, queremos justificar el uso indistinto de Pedagogía social (PS) y Educación social (ES), aunque en determinados usos podamos subrayar la PS en el campo del desarrollo del pensamiento educativo y la ES en el desarrollo de habilidades y ámbito profesional. En este sentido, entendemos la PS como un tipo de pensamiento en el que se sustenta la educación social. La elaboración de una base conceptual sólida es una tarea sin terminar ya que la diversidad de definiciones y la falta de consenso en significados producen un distanciamiento entre investigadores y actores locales. Esto, dificulta confrontar el cuerpo teórico con la experiencia en los territorios donde se realiza la intervención. Por todo ello, con esta investigación pretendemos contextualizar en nuestra geografía más cercana, comunidad, territorio y en lugares concretos la actividad y teoría que se trabaja en el espacio del aula en PS así como trasladar al aula los conocimientos y nuevas prácticas que emergen de la acción comunitaria y de los protagonistas de los contextos sociales. Partimos del término �territorio� vinculado al espacio geográfico y al espacio personal y del cuerpo. Por ello, cuando defendemos la educación de la ciudadanía desde criterios de participación y transformaciones locales, describimos una construcción de la identidad de la persona en simultaneidad con la conformación colectiva de dicha identidad dentro de un movimiento social. Así, articulamos un proceso de participación del que forman parte infancia, juventud y demás generaciones, siendo conscientes de las barreras que establecemos para reconocer al otro como persona con capacidades y potencialidades. La oportunidad de experimentar con nuevas fórmulas creativas resulta un reto por las debilidades pero sobre todo actitudes emprendedoras capaces de arriesgarse, aprender y probar desde y con la praxis. Así en el capítulo segundo, nos referimos al espacio formal, como lugar de transformación que tenga en cuenta la creatividad y la individualidad de la persona. Para ello, exponemos distintos formatos que en su puesta en práctica, entendemos que favorecen la construcción de un pensamiento divergente que tiene en cuenta los derechos de ciudadanía de la persona desde la infancia. Este segundo capítulo, describimos la educación ciudadana que posibilita la construcción colectiva cuando recurrimos a estrategias de acción que provocan un cambio, gestionado desde el reconocimiento de las potencialidades y los límites de cada persona. Desde este punto de vista, producir transformaciones estructurales en lo cotidiano debe tener en cuenta el ámbito de las ciencias sociales y el territorio como espacio que habitamos. La metodología que subyace a este modelo de transformación parte de un trabajo desde la participación y la construcción bidireccional del conocimiento. Por ello, la población tiene que ser protagonista de su cambio, entendemos que existe participación cuando hay realmente poder de decisión. Precisamente, la ciudadanía no desea elegir, sino planificar desde el comienzo de cualquier situación o decisión que afecte a sus vidas. La población no se tiene que limitar a contestar preguntas, sino que debe poder plantearlas desde el principio. En el marco de la PS como disciplina que defiende la formación popular, puede materializarse un respaldo curricular teórico y práctico que apoyado en competencias realice un cambio en el modelo pedagógico. Debe haber conocimiento, información, práctica y motivación suficiente para que las personas participen de manera activa en los propios procesos socio-educativos. En el capítulo tercero nos detenemos para exponer las posibilidades que las generaciones más jóvenes aportan al territorio particular y a la sociedad en general. Sin embargo, estas generaciones carecen de reconocimiento como personas con capacidades desde los primeros niveles educativos, generando un modelo de participación ciudadana clientelista, que no tiene en cuenta la pluralidad de visiones que enriquecen cualquier proceso de toma de decisión. La participación y la democracia precisan a todos los niveles una propuesta pedagógica que articule metodología, diálogo de saberes y hacer. Por ello, es importante la apropiación crítica y sistemática de lo que comprende un proceso socioeducativo cotidiano, así como la metodología y las herramientas utilizadas en dicho proceso, para lograr una apropiación del conocimiento, una capacidad de análisis y en definitiva un cambio que parte de las personas como protagonistas de sus conocimientos, de sus vivencias, de su realidad. Pretendemos dar un paso más en la estructura y contenido de las acciones educativas, ya sea en el ámbito formal o no formal, que la mera colaboración, la memorización, o en definitiva estar sin ser protagonista del cambio. Para llegar a la participación real, al decidir, al apropiarse del conocimiento, del ser, suponemos un giro político y educativo, a partir del desarrollo de una pedagogía de la decisión. Como señala Taylor (1994) el riesgo de las democracias actuales es la apatía de los ciudadanos al exponer que: �convirtiéndose en ese tipo de individuos que están �encerrados en sus corazones�; pocos querrán participar activamente en su autogobierno. Preferirán quedarse en casa y gozar de las satisfacciones de la vida privada� (Taylor 1994:44) La experiencia de sentirse ciudadano debe incluir la posibilidad de un cambio y de una transformación que nos inquieta, pues no hay forma de hacer experiencia sin adentrarnos en la inquietud. Siguiendo a Foucault (1978:17):�una experiencia es algo de donde se abre la posibilidad de una modificación�. En la vida cotidiana la participación no es tan sólo colaborar, ni opinar sobre una determinada actuación, no es darse por entendido o sentirse informado de aquello que hacen los representantes. Participar supone un plus de bondad, de intervención de sentimiento de pertenencia a un colectivo, a un grupo, a una ciudad, un mínimo esbozo de un proyecto propio. La participación tiene que ir encaminada a una finalidad. Partiendo de esta afirmación la participación tiene que ir ligada a un ejercicio de capacidades o logros para conseguir determinados objetivos, sobre todo en los ámbitos que afectan a cuestiones educativas, sociales, política, económicas y culturales, en definitiva aspectos que define el bienestar o malestar de las personas. La segunda parte, está conformada por los capítulos metodológicos. En ella, exponemos las técnicas utilizada en la investigación, el análisis de los datos y damos a conocer los resultados y las conclusiones de nuestro trabajo así como posibles canales nuevos de investigación a partir de la reflexión. De esta forma en el capítulo cuarto comenzaremos realizando determinadas aportaciones teóricas que fundamentan y justifican una metodología cualitativa desde un paradigma sociocritico. Así, exponemos las fases de la investigación y los instrumentos con los que hemos realizado la recogida de información y el análisis de datos, mostrando dicho análisis. Esta investigación pretende conocer y analizar el proceso de participación protagonizada por la ciudadanía más joven, del barrio de San Jerónimo de la ciudad de Sevilla, del cual también formaron parte profesorado, familias y entidades vecinales del barrio. La participación entendida como un elemento más de la trayectoria que la PS desarrollada en los espacios de educación formal y fuera de ella. A través de la PS, analizamos los escenarios de participación y empoderamiento ciudadano, en cuanto a decisiones que afectan a la ciudadanía en general, y a la ciudadanía más joven en particular. La importancia de dar sentido a nuestro entorno y expresar la visión de los participantes sobre los lugares donde viven, hace necesario trabajar el barrio como un territorio para transformar realidades personales y colectivas. Para ello se plantea cuatro incógnitas que consideramos significativas para reconstruir el proceso de transformación que comenzó en 2005. Así, estas son las siguientes: � El movimiento y acción comunitaria desarrollada en San Jerónimo describe estrategias de participación con infancia y juventud. � El trabajo con infancia y jóvenes es innovación educativa. � El reconocimiento y protagonismo de la infancia y juventud es un logr o social. � El análisis del barrio con la infancia y juventud a través de formatos innovadores en la práctica podrían ser una forma de protagonismo político, proyección personal y laboral en el territorio. A partir de este momento, apoyados en un paradigma sociocrítico, de corte etnográfico, pretendemos relevar el significado de las acciones llevadas a cabo en el barrio de San Jerónimo en un movimiento de participación directa de la ciudadanía, implicada desde los primeros niveles educativos. La propuesta se materializa con un procedimiento centrado en dicho paradigma con una base epistemológica que se fundamenta con los elementos y experiencias desarrolladas. Desde 2005 hasta 2008 en un primer periodo en el que la participación es la protagonista del cambio del barrio y de las personas implicadas. Posteriormente, desde 2008 a 2011, comenzamos una fase de teorización, reflexión y discusión, sobre la situación desfavorecida de la infancia y juventud en relación con los demás vecinos del territorio que habitan. A partir de este momento diseñamos el informe que reconoce los aspectos necesarios para el diálogo y la participación activa de las generaciones más jóvenes que forman parte de procesos de decisión, así como elementos claves para contar y reconocer todas las ideas y creatividad natural de la ciudadanía que desarrolla una pedagogía de la participación democrática. De esta manera, lo producido por los participantes se relaciona con la teoría existente, generando un nuevo conocimiento teórico-práctico que permite a las personas intervenir en las modificaciones y cambiar las condiciones de las cuales se partió (sociales y de conocimiento, conclusiones que alteran la política�). En este sentido, entendemos que la transformación y el compromiso son aspectos imprescindibles en la PS, que se pueden plasmar a través de instrumentos especializados, como es el diario o la cartografía social. La cartografía social como una forma de organizarse y de accionar, toma aquí su principal impulso. Por ello, este instrumento como herramienta cualitativa, cobra relevancia entre otros como un elemento educativo transformador que trabaja desde la creatividad y la participación como ejes vertebradores de la acción ciudadana, originada por la puesta en marcha de dicha cartografía social. La definimos como una forma de conexión entre la ciudadanía en una sociedad globalizada que se desarrolla por canales de comunicación e información. La oportunidad de trabajar con las personas a través de dicha herramienta facilita conocer la práctica ciudadana como construcción del conocimiento. Entendemos este trabajo como una investigación acción emancipatoria, profundizado cada vez más en una autonomía de los protagonistas que nos conducen hacia el proceso de investigación acción participativa como modelo ideal. En la investigación acción participativa (en adelante IAP), la acción, transforma al �enseñante� en facilitador y catalizador que provoca una reacción reflexiva en la comunidad con la estudia, proporcionando elementos de reflexión y análisis a los implicados sin prefigurar totalitariamente los problemas de reflexión o los objetivos de acción que los protagonistas elijan (Rahman, 1991: 27-28). En una Investigación Acción Participativa y en cuanto al foco de estudio se refiere, partimos de lo que al grupo de personas o a un colectivo le interesa. No se trata de analizar problemas de interés científico o cuestiones que preocupan exclusivamente a un grupo de investigadores, sino los problemas que las personas involucradas consideran importantes porque tienen que ver con cuestiones que conciernen a sus propias vidas. Esto significa que la IAP sólo se aplica a situaciones o problemas de la vida real. La finalidad (el para qué) es la transformación de la situación-problema que afecta a la gente implicada (Ander- Egg, 1990:35). El análisis de la información lo realizamos desde tres capas distintas que se encuentran en el proceso de triangulación, dotando de un carácter científico al trabajo. Por un lado, la primera capa de análisis comienza en 2005, y en este periodo analizamos las memorias de este año y del año 2006. Cada memoria está compuesta de diversos documentos (actas, evaluaciones, fotos, cuestionarios etc.). En una segunda capa nos centramos en el periodo que va desde 2207 hasta 2008 apoyados en las memorias desarrolladas estos años. Por último, la tercera capa la realizamos a partir de un análisis interno, trabajamos con instrumentos que recogen información de personas directamente implicadas en el proceso de participación y que desarrollan una reflexión individual y grupal como actores principales. En ellas realizamos las entrevistas semiestructuradas, análisis del territorio a través de la cartografía social y recogemos información a partir del diario de investigación. A través de cada uno de estos instrumentos recogemos sentimientos, opiniones y vivencias de los protagonistas y actores locales del territorio con quien investigamos. A continuación en el capítulo quinto realizamos el análisis de datos a partir de una triangulación de los mismos. Para ello, damos a conocer constructos, como ejes que actúan de filtro de la información que hemos recogido. Precisamente, una vez que exponemos la triangulación de los datos, damos a conocer los resultados obtenidos en la investigación. Para finalizar, relacionamos los objetivos y los problemas o incógnitas planteadas para diseñar los resultados en forma de conclusiones. Asimismo, presentamos las reflexiones realizadas y las líneas abiertas para la continuidad de la investigación. A partir de nuestro trabajo, aportamos una propuesta pedagógica que otorga un espacio y un tiempo en el ámbito universitario, al trabajo socioeducativo que se desprende de contextos sociales, asumiendo los retos que actualmente plantea la educación social. Asimismo pretendemos ser generadores de innovación en el ámbito de una PS a partir de la identificación de ciertos territorios donde movimientos participativos han sido indicadores de calidad democrática para la transformación social y de la identidad de la ciudadana. A partir de metodologías llamadas creativas, tratamos de dar respuesta a dichos retos justificando distintos estilos de trabajo, comprometiéndonos a considerar y valorar la participación a nivel local, desarrollada en el barrio de San Jerónimo. Por ello, no se trata de establecer un criterio positivo o negativo, ya que además no concuerda con el concepto de participación como derecho de ciudadanía, sino que pretendemos aportar consideraciones, aspectos metodológicos y teóricos que posibiliten elaborar un material para dar a conocer la realidad social de un territorio y el logro social que supone reconocer las capacidades y derechos de participación como un derecho de ciudadanía de la infancia y la juventud. Con este trabajo de investigación reconocemos que un movimiento social protagonizado por la infancia y la juventud, no está cosificado, podemos decir que la ciudadanía desde los primeros niveles es copartícipes del análisis, permitiendo auto-valorar desde el conocimiento compartido (científico y activista), las posibilidades de mejorar su poder hacer. Dentro de los movimientos sociales está surgiendo una apasionante ola de interés por la investigación como una manera de entender y reconfigurar los efectos neoliberal en los territorios. Esta puede ser una herramienta, que aporta una experiencia desde dispositivos no implantados. El hecho de tener en cuenta al otro, significa que a la hora de tomar decisiones lo echamos en falta. Así, la intergeneracionalidad es un acto de comunicación que tiene en cuenta y valora las ideas de las personas desde la infancia, ya que estas son creativas, diferentes, espontánea e intuitivas más que reflexivas. El carácter intergeneracional de la participación conforma este concepto como una herramienta catalizadora de procesos de transformación empezando por un reconocimiento de las capacidades en la toma de decisiones y participación social desde la infancia en las políticas gubernamentales. La formación y sensibilización para cambiar la mirada adulta, pasa por pensar en la educación y política pública que prepara a la persona para la vida misma. Finalmente las nuevas líneas de acción emergentes a raíz de este trabajo, señalan la importancia de seguir reconociendo los territorios y sus prácticas plurales como escenarios de aprendizajes que posibilitan la transformación social. Una pedagogía de la decisión desde el territorio que habitamos que posibilite incorporar y coparticipar a la ciudadanía desde los primeros niveles educativos junto con investigadores comprometidos, significa emprender procesos complejos pero al mismo tiempos accesibles, desde espacios dialógicos que posibiliten la toma de decisiones compartidas.