El priscilianismoarqueología y prosopografía: estudio de un movimiento aristocrático en la Gallaecia tardorromana

Resumo

Hemos explotado dos nuevas líneas de investigación en el estudio del movimiento priscilianista. Por un lado, hemos subrayado la importancia de la arqueología a la hora de escrutar nuestro objeto de estudio. Por otro, hemos empleado el análisis prosopográfico para indagar acerca del movimiento priscilianista. Estas dos vías conducen a una conclusión fundamental que hemos diseñado a lo largo de este trabajo: el priscilianismo fue un movimiento de carácter aristocrático, desarrollado en el seno de las clases pudientes de la sociedad tardorromana. Y dicho movimiento alcanzó un desarrollo excepcional en Galicia tras el fallecimiento de Prisciliano y algunos de sus seguidores en Tréveris, en el año 385. Capítulo I En este capítulo hemos llevado a cabo un análisis prosopográfico de aquellas personas (46 en total) que, con un cierto grado de certeza, podemos considerar adeptas al priscilianismo. Los resultados indican que, en su mayoría, pertenecían a las clases pudientes de la sociedad tardorromana y estaban asimismo bien relacionadas con los personajes influyentes de su entorno. Capítulo II No son pocos los personajes cuyas acciones u obras, ya en tiempos de Prisciliano o después de su muerte y hasta mediados de la séptima centuria, dejarán patente su desafección por el insigne obispo abulense y sus seguidores. En el presente capítulo analizaremos en orden cronológico la historia del antipriscilianismo desde la primera noticia conocida, la denuncia del obispo Higinio de Córdoba, hasta los desdenes hacia el movimiento expresados por Braulio de Zaragoza en su epístola a Fructuoso de Braga, cuando el priscilianismo era ya solamente un recuerdo. Capítulo III La importancia que el movimiento priscilianista tuvo dentro de la historia de la Hispania tardoantigua, contrasta con la exigua presencia de restos arqueológicos que a día de hoy pueden vincularse fehacientemente con Prisciliano y sus partidarios. Delinear una «arqueología del priscilianismo» se presenta a priori como una tarea ardua y asaz ambiciosa, lo cual explica sin duda la ausencia de estudios rigurosos sobre el tema. En este trabajo trataremos de cubrir este vacío, analizando aquéllos elementos de la cultura material que pueden asociarse con el priscilianismo. Finalizaremos nuestro trabajo con un análisis del amuleto que portaba Prisciliano. Capítulo IV Tras la promulgación del rescriptum de Graciano, los priscilianistas fueron expulsados de las sedes episcopales que con tanto afán habían alcanzado. Ante la gravedad de la situación deciden marchar hacia Roma, con la esperanza de que presentándose ante el Papa Dámaso en persona, podrían llegar a revertir la difícil situación en la que se encontraban. A pesar de que el relato de Sulpicio Severo aporta pocos datos acerca del recorrido seguido por los priscilianistas, creemos que es posible ofrecer una reconstrucción verosímil de la ruta que llevó a Prisciliano y sus compañeros hasta la ciudad eterna. Para esta tarea nos serviremos de todas las fuentes utilizadas tradicionalmente para el estudio del priscilianismo, pero además nos basaremos también en las informaciones transmitidas por los principales itinerarios conocidos para época romana. Capítulo V Desde que Louis Duchesne esbozó la idea de que los restos de Prisciliano podrían descansar en el sepulcro del apóstol Santiago, diversos especialistas y diletantes se han lanzado a proponer numerosos enclaves que podrían haber acogido su cuerpo sin vida. Paulatinamente las soluciones propuestas han ido esquivando el rigor científico, de modo que en muchas ocasiones un yacimiento enigmático datado en el siglo IV, o la presencia de un sepulcro de esta cronología, se consideran argumentos suficientes como para que estos lugares puedan adscribirse a esta honorable causa. No obstante, el problema no ha sido abordado hasta la fecha con objetividad, y las escasas referencias documentales, así como el silencio de la arqueología parecen obstáculos insalvables... Capítulo VI Augusta Treverorum asistió en el año 385 a la condena de Prisciliano y algunos de sus seguidores. La cruel sentencia no tuvo el efecto disuasorio que los representantes más fanáticos de la ortodoxia cristiana habían previsto: un profundo cisma asoló entonces a las iglesias hispanas. Fue entonces cuando Gallaecia adquirió un papel esencial para los partidarios del infausto Abulae episcopus, convirtiéndose en el principal bastión priscilianista de todo el orbe. En este capítulo repasaremos las teorías desarrolladas por los investigadores para explicar este fenómeno singular; escrutaremos las fuentes disponibles, analizando además las evidencias arqueológicas conocidas para la Galicia actual; y finalmente expondremos nuestra propia interpretación acerca de las razones que permitieron la extensión del priscilianismo en Gallaecia en el ocaso del siglo IV.