Empatía y conducta antisocial en adolescentesconvergencia de dos medidas de empatía y su relación con la conducta antisocial

  1. CONDE ALVARADO, ESMERALDA
Dirixida por:
  1. Cristina Rechea Alberola Director

Universidade de defensa: Universidad de Castilla-La Mancha

Fecha de defensa: 08 de febreiro de 2016

Tribunal:
  1. José Miguel Latorre Postigo Presidente/a
  2. José Antonio Gómez Fraguela Secretario
  3. Antonio Andrés Pueyo Vogal

Tipo: Tese

Teseo: 410194 DIALNET

Resumo

Este estudio se planteó dos propósitos generales: identificar la convergencia de dos medidas de empatía y determinar las relaciones entre tales medidas con conductas antisociales; prestando especial atención a las diferencias de género. La aproximación teórica al concepto de empatía, permitió identificar la necesidad de estudiar dicho fenómeno a través de un enfoque multimétodo. Por otra parte, en los estudios revisados, se identificaron resultados inconsistentes en cuanto a la relación entre el déficit en la capacidad de empatizar con el inicio, desarrollo y mantenimiento de actos antisociales y delictivos. Se pudo establecer que tal inconsistencia, se debía a tres aspectos principales. El primero, el concepto subyacente en los tipos de medidas utilizadas para evaluar la empatía, pues generalmente es la disposición empática como un rasgo permanente; y no se considera en la mayoría de los estudios la empatía situacional. El segundo, las características variadas de las poblaciones de estudio, como son el género y el estatus de delincuente. Y el tercero, la utilización de la categoría conducta antisocial en contraposición a la variedad de actos en los que se implican los sujetos estudiados y la frecuencia de participación en los mismos. La disposición empática se midió a través de dos escalas (BES e IRI); para evaluar la empatía situacional se diseñó una situación experimental con dos tareas diferentes (Yo-Otro), utilizando la respuesta de la dirección del afecto (agradable, desagradable, neutra) al observar imágenes con emociones positivas, negativas y neutras al observar imágenes (se utilizaron del conjunto IAPS) y los tiempos de reacción a los estímulos; y para evaluar las conductas antisociales se utilizó una versión reducida de 37 ítems del Cuestionario de Conducta Antisocial (CCA). La aplicación del protocolo de cuestionarios y la situación experimental se realizó a una muestra de 176 adolescentes de un instituto público (84 hombres y 92 mujeres). Este estudio arrojó tres resultados relevantes sobre la empatía: 1. Las mujeres puntuaron significativamente más alto que los hombres en disposición empática (afectiva y cognitiva); sin embargo, el análisis de las correlaciones de las dos medidas de empatía indicó una convergencia limitada a la valencia de la emoción observada (agradable, desagradable o neutra) y al tipo de tarea de la situación experimental (Yo - Otro). 2. En cuanto a la empatía situacional, las mujeres respondieron de manera similar cuando pensaron en la emoción en sí mismas (Tarea Yo) y en la emoción de los demás (Tarea Otro); mientras que los hombres actuaron de forma diferente. 3. En general, el nivel de disposición empática tanto afectiva como cognitiva, no siempre determinó una respuesta empática; es decir, sentir una emoción similar (Tarea Yo) o identificar la emoción sentida por otro (Tarea Otro) acorde con los indicadores emocionales presentados por la imagen. En cuanto a las relaciones entre empatía y la implicación o no en conductas antisociales, se resaltan tres resultados generales, los cuales parecen indicar la mayor relevancia de la disposición empática para los hombres que para las mujeres y, para ellos parece también ser muy importante el afecto sentido en sí mismo: 1. Las mujeres con una mayor empatía situacional, se implicaron en más variedad e intensidad de conductas antisociales; tanto si su puntuación en empatía afectiva o empatía cognitiva había sido de un nivel medio a alto. 2. Los hombres en un nivel medio a alto de disposición empática (afectiva o cognitiva), se implicaron en menos variedad e intensidad de conductas antisociales. 3. Los hombres en un nivel bajo de disposición empática (afectiva o cognitiva), mostraron más variación en la implicación de conductas antisociales, cuando su respuesta era empática ante emociones positivas (empatía situacional). Entre las conclusiones del estudio, se resalta: 1. Al parecer una mayor disposición empática no determina la empatía situacional tanto en hombres como en mujeres; 2. Las diferencias de género, según el nivel de disposición empática alta y su implicación en conductas antisociales sirven para reflexionar sobre la idea de que tener una mayor empatía (disposición empática) se relaciona con menos implicación en actos antisociales; 3. La importancia de la toma de perspectiva del observador ante las emociones percibidas: una capacidad más reflexiva, relacionada con pensar en el propio afecto (Tarea Yo) conlleva al parecer a una menor implicación en conductas antisociales para los hombres; y de este modo, la empatía cognitiva puede tener más importancia para ellos. Otra conclusión relevante de este estudio relacionada con el método, es que las medidas de la disposición empática tienden a no diferenciar los enunciados sobre emociones positivas de los de las emociones negativas, mezclando ambos tipos de emociones en las puntuaciones de las escalas; siendo esto un problema a la hora de determinar la convergencia con otras medidas de la empatía, como la situacional. Teóricamente, la capacidad de empatizar presenta diferencias cuando nos enfrentamos a emociones positivas y negativas. Por esta razón, se sugiere para futuras investigaciones, nuevas medidas de la disposición empática, que permitan comparar las respuestas cuando se trata de una emoción positiva o una emoción negativa; y de este modo, poder relacionar la tendencia empática con la empatía ante emociones diferenciadas. Además, poder establecer si hay diferenciaciones con la implicación o no en actos antisociales. Palabras clave: Empatía, Conducta antisocial, Adolescentes, Emoción.