Acción del malato sobre el metabolismo en terneros de cebo
- Vilariño Bermudez, Oscar
- José Luis Benedito Castellote Director
- Joaquín Hernández Bermúdez Co-director
- Cristina Castillo Rodríguez Co-director
Universidade de defensa: Universidade de Santiago de Compostela
Fecha de defensa: 21 de decembro de 2010
- Pedro J. García Herradón Presidente
- María Marta López Alonso Secretaria
- Juan Carlos Illera del Portal Vogal
- Jesús Méndez Batán Vogal
- Juan Sotillo Mesanza Vogal
Tipo: Tese
Resumo
Los ácidos orgánicos, y en concreto el ácido málico, aparecen en la lista de aditivos cuyo uso está permitido en nutrición animal. Se encuentra en el grupo de los aditivos tecnológicos (subgrupos conservantes y reguladores de la acidez, CESFAC, 2008) y se permite su uso en todos los alimentos destinados a todas las especies animales, sin que se indiquen dosis máximas o mínimas de uso, ni restricción alguna en la edad de los animales a los que van destinados por lo que en la actualidad no existe ningún impedimento legal que restrinja su uso. Sin embargo, la principal limitación que presenta esta sustancia es de tipo económico, ya que su elevado coste hace que no siempre sea rentable su uso en la alimentación de rumiantes. Para ello, se están diseñando estrategias nutricionales encaminadas a abaratar su coste, bien sea mediante la combinación del ácido orgánico con prebióticos o bien diseñando raciones en donde se obtenga el máximo potencial del aditivo, aunque este punto es más controvertido, pues se ha demostrado que la eficacia del ácido orgánico puede variar en función de los distintos componentes de la ración. La presente Tesis Doctoral intenta buscar respuesta a algunas de las incógnitas que aún sigue planteando el uso del ácido orgánico como aditivo en la alimentación de terneros de cebo intensivo. Su objetivo general consiste en la valoración del aditivo, en su papel de promotor del crecimiento, sobre un amplio abanico de parámetros metabólicos obtenidos en suero y que abarcan el perfil energético, proteico y mineral, relacionándolo con los datos obtenidos en la producción, el momento productivo (crecimiento o acabado), e incluso la forma química empleada (ácido L-málico o malato de sodio). Los diseños experimentales fueron realizados en una granja comercial perteneciente a la empresa COREN, SCL situada en la provincia de Ourense. En el primer experimental, analizamos los efectos metabólicos derivados de la suplementación con un producto comercial a base de malato sódico-dicálcico en una ración rica en grano, basada en maíz y con alto contenido en fibra bruta. Este estudio, de 137 días de duración, se realizó con 26 terneros de cebo de raza Blanco Azul Belga, que fueron divididos de forma aleatoria en dos grupos: 1) Grupo Control (C1, n=10, sin suplementación) y 2) Grupo suplementado con malato sódico (MS-1, n=16, suplementado con la sal cálcica/disódica del ácido orgánico, en dosis de 2.8 g/kg de materia seca, Rumalato®, Norel & Nature, Madrid, España). El análisis de los resultados mostró que: 1) Los valores bioquímicos marcadores del metabolismo energético y proteico se encontraron en todo momento en el rango fisiológico -a excepción de la urea- indicando que ambos lotes presentaron un balance energético adecuado a las demandas impuestas por el crecimiento; 2) La suplementación con el ácido orgánico, no reportó beneficios significativos en términos de producción, siendo atribuible esta falta de respuesta a los altos niveles de PB así como de fibra en la ración; 3) La adición del suplemento hizo que los animales tratados terminaran con mayores glucemias, menores niveles de AGL y sin cambios en los valores de BHBT, sugiriendo su potencial papel como promotor neoglucogénico; 4) Los mayores niveles de urea y de creatinina en el lote tratado sugieren que el ácido orgánico es capaz de aumentar la actividad catabólica y la síntesis de proteína microbiana; aunque sin que ello implicara un beneficio tangible en la degradabilidad de la proteína disponible, en correspondencia con los resultados productivos; 5) La adición del suplemento afectó a la calcemia sólo en la fase de crecimiento, y en determinados momentos, con descenso en las concentraciones; también se manifestó con menores concentraciones de fósforo y de magnesio, sugiriendo la posible existencia de interferencias en la homeostasis. El segundo experimental tuvo los mismos objetivos concretos pero ahora centrado en una ración rica en grano, basada en cebada y con bajo contenido en fibra bruta, suplementada con dos formas de ácido orgánico: malato sódico vs. ácido málico. Este fue un estudio, de 148 días de duración y realizado con 38 animales, también de raza Blanco Azul Belga, distribuidos ahora de la siguiente manera: 1) Grupo control (C), formado por 10 animales no suplementados; 2) Grupo suplementado con ácido dl-málico (MA), formado por 14 animales suplementados con 4 g de dl-ácido málico/kg de materia seca (MS), suministrado por la empresa Andrés Pintaluba, S.A. (Reus, España); y 3) Grupo suplementado con la sal de malato (MS), formado por 14 animales suplementados con 4 g/kg de materia seca (MS) de malato disódico-malato cálcico (Rumalato® Norel & Nature, Madrid, España). El análisis de los resultados mostró que: 1) A pesar de que los animales recibieron una dieta típicamente acidogénica, basada en la cebada, los altos niveles de PB así como la calidad de la fuente forrajera, hicieron que no hubiese durante el experimental ninguna situación de acidosis láctica ruminal; 2) La administración del ácido orgánico aportó beneficios ya desde los primeros momentos del ciclo productivo en comparación con el lote control, sin diferencias en función de la forma química empleada. Por el contrario, en la fase de cebo es evidente que la forma de administración recomendada del suplemento es la forma ácida; hecho que se acompañó de menores concentraciones de L-lactato en sangre; 3) Para una dieta con las características de la empleada en este estudio (rica en cebada), la adición del suplemento -en cualquiera de sus formas- no influye sobre la glucemia; 4) En términos generales, la suplementación con el ácido orgánico -en cualquiera de sus formas- fue beneficiosa en términos de L-lactato, que fue inferior en los lotes suplementados que en los controles; 5) Los animales no suplementados presentaron al final del estudio mayores concentraciones de AGL en comparación con los tratados, lo que nos sugiere el potencial papel energético desempeñado por el ácido orgánico, y en especial, la sal, pues la forma ácida se caracterizó por causar mayores índices de BHBT; 6) Los animales suplementados con la forma ácida mostraron niveles de urea significativamente superiores a los que recibieron la sal, especialmente en la fase de cebo y en correspondencia con los datos productivos; 7) Los niveles de proteínas totales y albúmina se vieron afectados por la edad y/o las características de la ración, no por la adición del suplemento o la forma química de éste; 8) En cuanto a las enzimas estudiadas, concluimos que la ración administrada no afectó negativamente a la funcionalidad hepática en términos de actividad ASAT, y que la adición del suplemento no generó ningún efecto, negativo o positivo, sobre ella. Asimismo, la adición del suplemento -en cualquiera de sus formas- no generó ninguna reacción colerética visible a través de la actividad GGT; 9) En cuanto al perfil mineral, ni los valores de calcio sérico total ni los de fósforo se vieron modificados por la adición del suplemento, en cualquiera de sus formas. Por el contrario, la suplementación con el ácido orgánico sí interfirió en las concentraciones de magnesio, siendo la forma ácida la que causó mayores fluctuaciones en los valores. Todas estas observaciones nos llevan a concluir que: 1) el sólo establecimiento de unas adecuadas medidas nutricionales, posibilitaría lograr el desarrollo de animales sanos, con un buen balance energético adaptado a las necesidades del desarrollo, y sin sobreesfuerzo en la actividad hepática en sistemas de cebo; 2) la sal del ácido orgánico presenta un efecto neoglucogénico, independientemente de la dosis y substrato empleado; 3) el ácido orgánico, en cualquiera de sus formas, tiene la capacidad de incrementar la actividad catabólica y la síntesis de proteína microbiana y 4) el balance mineral varía en función del suplemento y la dieta empleada al interferir en los mecanismos de absorción.