Francisco Asorey, escultor galego

Resumo

En 1959 el profesor de la Universidad de Santiago, Ramón Otero Túnez publicó el libro: "El escultor Francisco Asorey". Se trataba de un estudio exhaustivo sobre el trabajo del escultor cambadés hecho con testimonios de primera mano, ya que el escultor estaba todavía vivo en esa fecha. Pero 56 años de la publicación de esa obra creo que es necesario hacer una revisión del legado artístico del escultor, conforme a la luz de la evolución de la historia del arte en los últimos años y la perspectiva que da el que hayan transcurrido más de 50 años desde la publicación de esa obra y de la muerte del artista. Esta tesis se estructura principalmente en cuatro capítulos, que se convierten en un recorrido por la trayectoria vital del artista y sobre todo un estudio de sus obras más significativas. El primer capítulo trata de los años de formación del escultor Francisco Asorey, nacido en Cambados, Pontevedra, y que siendo un adolescente marcha al Colegio de los Salesianos de Sarrià, Barcelona, ​​donde aprendió el oficio de imaginero y toma contacto con el movimiento modernista-simbolista. Pasará pronto como profesor de dibujo al Colegio, también salesiano, de Barakaldo y luego a Madrid. Rodin fue un punto de referencia en estos años. Todos los escultores españoles de la época se vieron influídospor el escultor francés, pero a nuestro inquieto escultor no le gusta lo que ve y comienza a investigar, en busca de su propio camino. El primitivismo de la escultura románica compostelana será una guía fundamental. En 1919 se instala definitivamente en Santiago de Compostela. El segundo capítulo trata de las obras de los años 20, estrechamente vinculadas al movimiento nacionalista de las "Irmandades da Fala", de los cuales el escultor era miembro. El tercer capítulo se centra en las obras de los años 30. Es el momento de culminación artística del escultor con el logro artístico de los grandes monumentos como el de Curros en La Coruña o San Francisco en Santiago. La Guerra Civil trunca esta evolución y el cuarto capítulo explora las obras realizadas después de la Guerra, el punto culminante de su carrera había pasado, su obra está ya un poco alejada de las principales tendencias escultóricas de esa época, pero el artista hace algunas obras de gran calidad en esta etapa. En las conclusiones finales me acerco a cuestiones tales como la relación de Asorey y la crítica de su tiempo y la tensa relación con la generación de artistas gallegos conocidos como "Os Novos" o "Os renovadores". Llego a la conclusión de que la influencia de Asorey sobre estos artistas fue grande (pero poco reconocida) y que se deben revisar las contribuciones de Asorey a la escultura gallega de s. XX, por que fueron muy importantes. Finalmente el capítulo seis, a modo de apéndice, es una catalogación de la obra de Francisco Asorey, aporto fotografías y datos técnicos de las 135 esculturas localizadas (algunas de ellas inéditas), situadas en monumentos, instituciones o colecciones privadas o documentadas en libros o fotografías.