Diagnòstico y control de trematodosis en ganado vacuno de Colombiafasciolosis y paramphistomidosis

  1. Bonilla Quintero, Rodrigo
Dirixida por:
  1. Maria Sol Arias Vázquez Director
  2. Adolfo Paz Silva Co-director
  3. Rita Sánchez-Andrade Fernández Co-director

Universidade de defensa: Universidade de Santiago de Compostela

Fecha de defensa: 03 de xuño de 2016

Tribunal:
  1. Jorge Guerrero Ramírez Presidente/a
  2. Pablo Díez Baños Secretario
  3. Francisco A. Rojo Vázquez Vogal
Departamento:
  1. Departamento de Patoloxía Animal

Tipo: Tese

Resumo

La ganadería en Colombia tiene una especial importancia por su aporte al producto interno bruto agropecuario y a la demanda agregada a través del consumo de los hogares. La producción lechera colombiana representa cerca del 1,3% del PIB nacional y 11% del PIB agropecuario, actividad que genera 400.000 empleos. La ganadería vacuna para la producción de carne representa el 16% del valor de la producción agropecuaria y el 37% del pecuario. El inventario ganadero en el año 2015 fue de 22,5 millones de cabezas de ganado, de los cuales el 57,2% se destinaba a la producción de carne, 3,3% a la producción de leche, y 39,5% para el doble propósito. Se estima que el ganado vacuno pastorea 36,1 millones de hectáreas que corresponde al 57,2% de la superficie agropecuaria colombiana, con una capacidad de carga de 0,66 animales / Ha que señala la predominancia de sistemas de producción en extensivo. Entre las enfermedades que afectan al ganado bovino en pastoreo destacan la fasciolosis y las paramphistomidosis, trematodosis que pueden desarrollarse si en el medio existen hospedadores intermediarios, caracoles del género Lymnaea. En las ganaderías de Colombia, principalmente en zonas lecheras de clima frío, es muy común la presentación de fasciolosis, lo que hace que en algunos casos los ganaderos apliquen fasciolicidas de manera un poco indiscriminada. Por el contrario, prácticamente se desconoce la infección por trematodos ruminales paramphistómidos. El control eficaz de las trematodosis requiere del diseño y aplicación de un programa integrado, en el que habría que incluir la aplicación estratégica de antihelmínticos para eliminar los trematodos de los hospedadores definitivos y prevenir la contaminación del ambiente, y medidas para reducir el número de caracoles hospedadores intermediarios, y de este modo limitar el riesgo de infección durante el pastoreo. Con objeto de adquirir información acerca de la exposición del ganado bovino de Colombia a los trematodos Fasciola hepatica y paramphistómidos, se desarrolló un primer ensayo que consistió en la realización de una encuesta seroepidemiológica en la que se recogieron muestras de sangre de explotaciones de los departamentos de Cundinamarca (374 muestras), Antioquia (341 muestras) y el Meta (311 muestras), que posteriormente se analizaron mediante un ELISA, el antígeno recombinante FhrAPS (F. hepatica) y el complejo proteico CdP1 (C. daubneyi). Los valores de seroprevalencia individual de anticuerpos frente al trematodo hepático resultaron del 40% en Cundinamarca, 65% en Antioquia y 31% en el Meta. El análisis de los datos por explotaciones mostró una gran distribución, y la seropositividad fue del 93% en Cundinamarca, 83% en Antioquia, y 93% en el Meta. En relación con la presencia de anticuerpos frente a paramphistómidos, el 58% de las muestras de Cundinamarca fueron positivas, por el 28% en Antioquia y el 27% en el Meta. El análisis por explotaciones mostró seropositividad en el 97% de las granjas de Cundinamarca, 67% en Antioquia y 64% en el Meta. Teniendo en cuenta la raza de los bovinos, en Antioquia se observaron los valores más elevados de seroprevalencia frente a Fasciola hepatica en los vacunos Holstein (66%), y frente a paramphistómidos en los cruces de Holstein y Jersey (100%) y en los Jersey (80%), pero sólo se demostró significación estadística para el trematodo gástrico (χ2= 12,102, P= 0,002). En el Meta se comprobaron diferencias significativas en la seropositividad al FhrAPS-ELISA (χ2= 35,392, P= 0,001), con los valores más elevados en los individuos Brangus (70%) y Holstein (55%). También se demostró significación en la seroprevalencia con el CdP1-ELISA (χ2= 29,014, P= 0,001), con Brangus y Holstein alcanzando los mayores porcentajes (50% y 45%, respectivamente). Una vez establecidas las seroprevalencias de fasciolosis y de paramphistomidosis, el siguiente paso consistió en el estudio de la infección simultánea por ambos trematodos. En Cundinamarca, la sensibilización frente a F. hepatica y paramphistómidos resultó del 29%, mientras que el 32% nunca estuvieron en contacto con alguno de los dos trematodos. En Antioquia se señaló la presencia de exposición a alguno de los trematodos en el 86% de los rumiantes, por un 15% de reses que exhibieron anticuerpos que reaccionaron con los antígenos de ambos parásitos. Se detectaron bovinos seropositivos a los dos trematodos en el 14% de las muestras analizadas procedentes del Meta, en tanto que el 55% resultaron negativos a las pruebas inmunoenzimáticas. Una posible explicación a los resultados obtenidos pasa por señalar que en todas las áreas estudiadas se dan las condiciones edafoclimáticas adecuadas para el desarrollo de la fase externa del ciclo biológico de los trematodos Fasciola hepatica y paramphistómidos. En el segundo ensayo de la presente investigación se estudió qué influencia podría ejercer el manejo de los bovinos sobre su exposición a los trematodos y posterior desarrollo de respuesta inmunitaria humoral. Para ello, se distribuyó entre los encargados/capataces de cada explotación una encuesta en la que se recababa información acerca de las características de los prados, origen del agua de bebida, eliminación de excretas, nivel de conocimiento de los propietarios sobre las trematodosis, realización de análisis coprológicos periódicos o tratamiento antiparasitario. En Cundinamarca se demostró mayor riesgo de exposición a F. hepatica en las explotaciones con una superficie de pasto inferior a 50 Ha en la que se alimentaban de 51 a 150 vacas en ordeño, y que bebían en quebradas. Se comprobó un mayor riesgo en los predios que no contaban con asistencia técnica veterinaria, que no realizaban análisis coprológicos rutinarios. En relación con el control parasitario, se estableció relación entre la administración de antiparasitarios en el secado y en el parto, cuando se estimaba la dosis visualmente o con criterios diferentes al peso del animal, que no seguían rotaciones, y que tampoco solicitaban la valoración de los tratamiento administrados. Los bovinos de raza Bos taurus de Antioquia, alimentados en praderas de hasta 100 Ha, en las que no existían caños permanentes o sistemas de drenaje, ni se eliminaba el estiércol, alcanzaron los valores más elevados de seropositividad. Este resultado también se observó cuando se administraba abamectina + triclabendazol en el secado. El riesgo más elevado de exposición a F. hepatica en el Meta se detectó entre los bovinos Angus y Holstein que pastaban áreas de hasta 200 Ha con sistemas de drenaje y bebían de pozos o acueductos. Se trataba de granjas cuyos encargados admitieron conocer la fasciolosis, asignarle una importancia leve y solicitar análisis coprológicos previos. En relación con el tratamiento antiparasitario, la administración de Ivermectina + Fenbendazol en un sistema de rotación de fármacos, se relacionó con una mayor seroprevalencia. El análisis del efecto del manejo de los rumiantes sobre la exposición a paramphistómidos en Cundinamarca indicó un mayor riesgo en aquellos que tomaban el agua de acueductos, y que afirmaban cumplir con las indicaciones de los veterinarios, aunque no realizaban análisis coprológicos. El tratamiento con Avermectinas + Salicilanilidas + Bencimidazol, o con Bencimidazol solo, durante la fase de secado, dosificados según el peso u otros criterios se relacionaron con una mayor seroprevalencia de anticuerpos frente al trematodo gástrico. Los bovinos de raza Bos taurus, Brangus y cruce de Holstein con Jersey de Antioquia, pastando extensiones de 101-150 Ha en las que las heces se almacenan en un estercolero y presentaban caños permanentes y sistemas de drenaje, exhibieron una mayor probabilidad de exposición a trematodos gástricos. Este resultado también se mostró en rumiantes desparasitados con fenbendazol o triclabendazol. En el Meta, el mayor riesgo de exposición a paramphistómidos se definió entre bovinos Brangus y Holstein, mantenidas en superficies inferiores a 200 Ha, que recibían ivemectina cada seis meses. En la realización de los dos ensayos anteriores se constató que entre ganaderos y veterinarios en Colombia existe un importante nivel de información acerca del control de la fasciolosis, pero escaso sobre la paramphistomidosis, haciéndose muy evidente en las posibilidades del tratamiento de los hospedadores definitivos. Considerando además que ambos trematodos desarrollan una fase externa del ciclo idéntica, se planteó un tercer estudio para el control integrado de trematodosis en ganado vacuno. En concreto, se diseñó un procedimiento orientado al control de la infección por paramphistómidos basado I) en el tratamiento de los bovinos con compuesto a base de Oxiclozanida + Ivermectina, y II) en la reducción de la viabilidad de huevos de paramphistómidos en el medio, a través del empleo de esporas del hongo ovicida Mucor circinelloides (cepa CECT 20824). Se evaluó la eficacia de tres formulaciones (inyectable, oral y pour on) del antihelmíntico sobre bovinos que eliminaban huevos del trematodo gástrico en las heces, y también sobre rumiantes negativos a la coprología al inicio del estudio. El efecto antiparasitario se estableció con la estimación de los índices FECR (Faecal Egg Count Reduction) y RAP (Reducción de Animales Positivos por coprología). De este modo se mostró una acción más precoz con la aplicación oral, alcanzándose un valor de 100% para ambos índices a los 15 días post-tratamiento, por un 17% por vía inyectable y 89% mediante aplicación tópica. Sin embargo, a los 30 días la eficacia resultó del 25-50% por vía oral (FECR, RAP), y 100% (FECR, RAP) por vía inyectable o tópica. Estos datos parecen señalar que la administración oral no eliminó las formas inmaduras del trematodo ruminal, que completaron su desarrollo hasta adultos. En los rumiantes negativos al inicio del estudio se observó que ninguno de los que se desparasitaron por vía oral eliminaron huevos de paramphistómidos, por el 9% (día 15) y 18% (día 30) vía inyectable y el 25% vía tópica. El 20% de los individuos del grupo Testigo (no tratado) fueron positivos a la coprología a los 15 y 30 días. Estos resultados indican que la administración oral de Oxiclozanida en una sola toma proporciona una eficacia muy elevada frente a los paramphistómidos adultos a los 15 días post-tratamiento, pero sería aconsejable aplicar otra a un intervalo de 15-21 días para eliminar aquellos trematodos juveniles que sobrevivieron al tratamiento y se convirtieron en adultos. Para contribuir al control integrado de los parásitos, es preciso disponer de herramientas que reduzcan su viabilidad en el medio, y así limitar el riesgo de infección de los animales. En el presente trabajo se optó por el empleo de esporas del hongo Mucor circinelloides. Se trata de una especie saprofita aislada del suelo de explotaciones agropecuarias y de las heces de diferentes especies animales. Este hongo se nutre de materia orgánica en descomposición, pero si detecta en las proximidades la presencia de huevos de parásitos, desarrolla hifas que se adhieren a su cubierta, penetran al interior y finalmente digieren su embrión. Se desarrolló un estudio acerca de la utilidad del empleo de esporas de M. circinelloides para disminuir la viabilidad de huevos de trematodos. En concreto, se seleccionaron los de paramphistómidos, porque apenas existe información disponible, y por el carácter emergente de la paramphistomidosis en Colombia. El primer ensayo consistió en exponer los huevos de Calicophoron daubneyi obtenidos a partir de vacas Holstein de una explotación de Riotorto (Lugo, España), a la acción de las esporas de M. circinelloides en solución acuosa, bajo condiciones de temperatura de 15-18ºC. De este modo, se consiguió que el porcentaje de viabilidad disminuyera desde el día 4 hasta el día 29, en que menos de la mitad de los huevos se mantenían viables. En comparación con el grupo Testigo (sin esporas), se demostró que los huevos no viables aumentaban en un 59% (día 14) y un 69% (día 29), mientras que los miracidios disminuían en un 43%. Puesto que los huevos de los trematodos son eliminados al exterior junto con las heces, que se pueden encontrar a temperaturas más elevadas, se decidió repetir el ensayo en Villavicencio (Meta, Colombia) directamente sobre las heces de bovinos que excretaban huevos de paramphistómidos, manteniéndolas a una temperatura media de 25ºC. Con este procedimiento se observó a los 15 días un porcentaje de huevos viables próximo al 60%, y a los 30 días del 20%, al igual que el de los miracidios. Al final del ensayo (día 30), más de la mitad de los huevos resultaron no viables. Si se comparan los resultados así obtenidos con los del grupo Testigo, se comprobó un número de huevos no viables un 78-82% superior, y que los huevos viables se reducían a la mitad, al igual que el porcentaje de miracidios. Estos datos confirman la actividad precoz de Mucor circinelloides sobre los huevos de paramphistómidos, que a los 14 días resulta en la alteración irreversible de un porcentaje significativamente superior al observado en el grupo Testigo. De la comparación de los resultados obtenidos en España y en Colombia se deduce una acción ovicida más intensa cuando los huevos se encuentran en las heces y no en medio acuoso. También se constató que el incremento de la temperatura no repercute sobre la actividad ovicida de Mucor, que indica que se podría emplear tanto en zonas de clima oceánico como en áreas cálidas de clima tropical. Si se tiene en cuenta la similitud entre los ciclos externos de Fasciola hepatica y de los paramphistómidos, y también entre los huevos de trematodos hepáticos y ruminales, se deduce que Mucor circinelloides puede ejercer idéntica actividad antagónica sobre los estadios de ambos parásitos, lo que destaca su utilidad en la disminución del riesgo de infección para animales en pastoreo. Del análisis combinado de los resultados expuestos se concluye que en los departamentos colombianos de Antioquia, Cundinamarca y Meta se dan las condiciones favorables para el desarrollo de la fase exógena del ciclo de trematodos (Fasciola hepatica y paramphistómidos). Teniendo en cuenta las diferencias entre estos departamentos, se deduce que existe un riesgo elevado de contacto con trematodos, tanto en áreas de clima oceánico, mediterráneo, ecuatorial o tropical, que se acrecienta si los bovinos beben de acueductos. El manejo del ganado vacuno no es apropiado para evitar el contacto con trematodos hepáticos y ruminales, por lo que sería interesante reforzar los conocimientos de ganaderos y veterinarios sobre las características que favorecen el desarrollo del ciclo externo de estos parásitos. Si se combina la desparasitación de los rumiantes con Oxiclozanida, junto con el empleo de esporas del hongo Mucor circinelloides, se dispone de un procedimiento idóneo para el control integrado de la paramphistomidosis en bovinos de Colombia, aplicable (seguramente que con similares resultados) también al de la fasciolosis.