Estado nutricional como factor pronóstico en el ictus isquémico

  1. MONTERO TINNIRELLO, JAVIER
Dirixida por:
  1. José Antonio Castillo Sánchez Director
  2. Miguel Blanco González Director

Universidade de defensa: Universidade de Santiago de Compostela

Fecha de defensa: 12 de decembro de 2013

Departamento:
  1. Departamento de Psiquiatría, Radioloxía, Saúde Pública, Enfermaría e Medicina

Tipo: Tese

Resumo

La prevalencia de malnutrición (MN) en pacientes que presentan un ictus es frecuente (6- 68%). La variabilidad de su prevalencia y su influencia sobre el pronóstico no es bien conocida. Nuestro objetivo es analizar la correlación entre la MN previa al ictus y el pronóstico funcional a los 3 meses. Material y métodos: Estudio prospectivo en el que se incluyeron todos los pacientes con ictus isquémico y hemorrágico de menos de 24 horas de evolución que cumplían unos criterios de inclusión/exclusión previamente definidos. Se aplicó por una misma persona ciega al pronóstico el test de nutrición Mini Nutritional Assessment (MNA). Se registraron variables epidemiológicas, clínicas, bioquímicas y pronósticas. Consideramos riesgo de malnutrición (RMN) una MNA17-24 y malnutrición (MN) MNA<17. Se consideró mal pronóstico (BP) una ERm≥3 a los 90 días. Resultados: De los 434 pacientes ingresados, 102 (23,5%) fueron válidos por cumplir los criterios de inclusión/exclusión. Presentaron MN 14(13,73%) pacientes y RMN 39(38,24%) pacientes. MN y RMN fueron analizados conjuntamente porque ningún paciente con MN mostró buen pronóstico. Los pacientes con mal pronóstico mostraron más alta MN y RMN (65,1% vs 29,6%, p<0,0001). En el modelo de regresión logística la RMN-DN se asocia con mal pronóstico (OR 6,06 [1,2-30,1]) después de ajustar por edad, NIHSS al ingreso, presencia de fibrilación auricular, número de linfocitos, y niveles plasmáticos de colesterol y proteínas. Conclusión: Más de la mitad de los pacientes que ingresan con ictus isquémico presentan riesgo de malnutrición o desnutrición. Esto incrementa hasta 6 veces el riesgo de mal pronóstico funcional a los 3 meses.