Prensa e transición política en Galiciaa contribución dos xornais ao proceso de construción identitaria

  1. PÉREZ PENA MARCOS SEBASTIÁN
Dirixida por:
  1. Lois Álvarez Pousa Director

Universidade de defensa: Universidade de Santiago de Compostela

Fecha de defensa: 24 de abril de 2006

Tribunal:
  1. Fermín Bouza Álvarez Presidente/a
  2. Fermín Galindo Arranz Secretario
  3. Xosé M. Núñez Seixas Vogal
  4. Alberto Pena Rodríguez Vogal
  5. José Miguel Túñez López Vogal
Departamento:
  1. Departamento de Ciencias da Comunicación

Tipo: Tese

Teseo: 130245 DIALNET

Resumo

Durante la Transición Política (1975-81) os periódicos gallegos, excepto en algún momento La Voz de Galicia y El Ideal Gallego, fueron por detrás de los cambios, adaptándose por pura inercia a la realidad y a los hechos consumados. Sin embargo, durante la Transición la presencia de Galicia como actor representativo de todos los ciudadanos, como espacio homogéneo de acción, padecimiento o reivindicación, pasó de significar niveles mínimos de en los primeros meses a obtener un reconocimiento mucho más importante en el final del proceso. Galicia se configuró en base a procesos de identificación, superando los fuertes y muy protegidos localismos, y de diferenciación, de alteridad, afirmando la especificada objetiva y consciente de Galicia y del pueblo gallego. La prensa gallega contribuyó de este modo al proceso de construcicón identitaria de Galicia, sobre todo mediante la asunción de Galicia como unidad, como comunidad de intereses, por encima de diferencias e intereses localismos. El enmarcamiento de la actualidad en estos parámetros ayudó a que la identidad gallega fuese asumida por la sociedad y este proceso fue posteriormente completado y amplificado una vez constituida la Xunta de Galicia en 1981. Las negociaciones para redactar el Estatuto de Autonomía, a lo largo de 1979, pusieron al descubierto muchas de estas actitudes, multiplicando su intensidad: los diarios gallegos ejercieron de portavoces y defensores del pueblo gallego, reafirmando su identidad, denunciando un problema puntual (el 'aldraxe') y estructural (la marginación) y unos antagonistas (el centralismo, y simbólicamente, 'Madrid'). Y reivindicando una solución (el autogobierno).