Lenguaje, estilo y modo en la escultura de Francisco de Moure y José Gambino

  1. López Calderón, Marica
Dirixida por:
  1. José Manuel García Iglesias Director

Universidade de defensa: Universidade de Santiago de Compostela

Fecha de defensa: 23 de xuño de 2009

Tribunal:
  1. Manuel Núñez Rodríguez Presidente
  2. Juan Manuel Monterroso Montero Secretario
  3. Vitor Serrão Vogal
  4. María José Redondo Cantera Vogal
  5. Paolo G. Caucci von Saucken Vogal
Departamento:
  1. Departamento de Historia da Arte

Tipo: Tese

Resumo

La presente Tesis Doctoral es una doble monografía sobre los escultores Francisco de Moure (ca. 1575-1636) y José Gambino (1719-1775). El objetivo que perseguimos en ella es un replanteamiento de la escultura gallega moderna en dos de sus momentos claves como son el de la implantación del lenguaje barroco para responder a la sensibilidad contrarreformista que cristaliza a comienzos del siglo XVII y el de su transformación para acondicionarlo a la nueva sensibilidad que fragua con el inicio de la segunda mitad del siglo XVIII. A la hora de llevar a cabo este propósito nos hemos acercado a cada uno de estos dos imagineros, conforme a la metáfora de Serafín Moralejo, en sus horas de sueño y de vigilia; es decir, desde un punto de vista metodológico, ejercemos en esta Tesis Doctoral, de forma consciente y de acuerdo al planteamiento de Lafuente Ferrari, como puros connoiseurs y como verdaderos historiadores del arte. Conforme a lo primero, hemos acometido el estudio morfológico de las piezas, entendiendo el estilo como un medio para definir los rasgos indiciarios que caracterizan la producción de cada maestro y que, por lo tanto, nos facultan para reconocer su caligrafía personal, lo que, a partir del conocimiento empírico, derivado de la experiencia ocular, como refiere Fernando Marías, nos ha permitido la atribución de distintas obras a cada uno de ellos; en concreto, cinco a Francisco de Moure y cuarenta y ocho a José Gambino. En cuanto a historiadores del arte, hemos buscado la interpretación de la obra desarrollando el carácter expresivo de su estilo al hilo de una historia de la cultura; consecuentemente, este -el estilo- ha dejado de ser un medio para convertirse en el objeto mismo a investigar. Atendiendo a este fin: 1. Hemos recuperado el significado de época de los conceptos estilo y modo, lo que, a su vez, nos llevó a rescatar el término lenguaje de Julius von Schlosser. 2. Hemos consultado las principales fuentes secundarias y primarias para conocer, en palabras de Ortega y Gasset, el sistema de vigencias de la época de cada escultor y, consecuentemente, poder desentrañar, en el referido sentido diltheyiano, su obra. 3. Nos hemos acercado a la historia crítica de Francisco de Moure y José Gambino fruto de las sucesivas generaciones que los han contemplado para, a continuación, y conforme a pautas metodológicas actuales, retirar dichas capas de interpretación depositadas a lo largo del tiempo intentando rescatar una visión de la obra de ambos escultores lo menos contaminada posible por la historiografía artística; en este punto seguimos un enfoque antropológico aplicado a la historia del arte cuya obra de referencia es el estudio que Richard Schiff consagró a Cézanne en el año 2002. A partir de esta metodología, planteamos como corolario de nuestra investigación y frente a la historiografía precedente que: 1. Francisco de Moure, tras su formación -de la mano de Alonso Martínez- y primeros años de expresión en el lenguaje manierista, es el primer escultor barroco en Galicia y el coro de la catedral de Lugo la primera obra plenamente barroca (1621-1624), hecho que hasta la fecha se había atribuido a Mateo de Prado, el discípulo de Gregorio Fernández que en el año 1639 se establece en Compostela, y al coro del monasterio de San Martín Pinario que el mismo ejecuta entre 1639 y 1647. 2. José Gambino se forma en Galicia y, particularmente, en la escuela de escultura compostelana; se expresa a partir de lo que nosotros, a posteriori, consideramos diversos lenguajes como corresponde a la época en que vive, en concreto, transforma el lenguaje barroco de sus primeros años a partir de elementos clasicistas con otros que no dudamos en catalogar de rococós; y, finalmente, es, como ya decía el abad de Sobrado en la carta que envía a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1770), un escultor reputado, de los mejores de este reino de Galicia junto a su discípulo y yerno José Ferreiro. Hasta la fecha, en cambio, José Gambino era presentado como un escultor formado en Portugal con José de Almeida, poseedor de un estilo unitario, el rococó, e inferior a José Ferreiro. Consecuentemente, a partir de este estudio, por un lado, adelantamos en una generación la introducción del lenguaje plenamente barroco en Galicia y constatamos su salida a mediados del siglo XVIII a partir de un vocabulario no sólo rococó, sino también ya clasicista, lo que, en última instancia, nos permite afirmar que la Galicia moderna, desde el punto de vista de la historia del arte y, particularmente, de su imaginería, estuvo siempre a la vanguardia de su tiempo; y, por otro, redimimos a uno de los principales escultores de la plástica galaica y española dieciochesca cuya fortuna crítica lo había relegado al ostracismo a favor de su discípulo José Ferreiro.