Etnotoponimia de las tierras situadas entre las rías d'Avilés y d'Aboño
- Longo Viejo, Cristian
- Marta Pérez Toral Director
- Xulio Concepción Suárez Co-director
Universidade de defensa: Universidad de Oviedo
Fecha de defensa: 03 de febreiro de 2012
- José Ramón Morala Rodríguez Presidente/a
- José Ramón de Andrés Díaz Secretario/a
- Ramón Mariño Paz Vogal
Tipo: Tese
Resumo
RESUMEN TESIS DOCTORAL Esta investigación tiene como objetivo el estudio de la etnotoponimia de los concejos de Carreño y Gozón, centrándose, sobre todo, en las zonas colindantes con la mar y en el espacio comunal de El Monte Areo. Este trabajo se fundamenta, por un lado, en un trabajo de campo mediante las entrevistas a pescadores, agricultores y ganaderos veteranos (60 años o más) que siempre han vivido en estos concejos; estas charlas se llevaron a cabo sobre el mismo terreno objeto de análisis. Con la información recabada, procedimos posteriormente al estudio propiamente dicho mediante la comparación con otras investigaciones toponímicas de la región asturiana, así como la de otras regiones peninsulares y de otros países europeos donde se hablan lenguas romances. El estudio de cada topónimo se ha organizado en cinco campos: ¿ El paisaje. Se ofrece una descripción detallada del terreno. ¿ La palabra. Se recogen todas aquellas palabras pertenecientes a la misma familia léxica del topónimo en cuestión. ¿ El campo toponímico. Se recogen todos aquellos lugares de la geografía regional, peninsular y países europeos cuyo nombre responde al mismo origen etimológico. ¿ La documentación histórica. Se citan todos aquellos documentos, principalmente medievales, en los que se mencionan estos lugares y que facilitan el conocimiento del origen del topónimo. ¿ La etimología. Con la ayuda de todas las informaciones anteriores se plantea el origen etimológico del topónimo. Tras el análisis de los topónimos (unos tres mil aproximadamente) obtuvimos unos resultados que hemos analizado desde la perspectiva de la etnotoponimia, es decir, interpretamos los diferentes nombres de lugar según los usos, costumbres, tradiciones y, en definitiva, la ¿cosmovisión¿ de los lugareños. De ahí que más que toponimia, hemos optado por el término de etnotoponimia, pues son los nombres de lugar fieles documentos (orales, sobre todo) de lo que sienten, usan, piensan y hacen los pobladores sobre y en su entorno. Teniendo en cuenta esta nueva línea de investigación, se obtienen dos tipos de resultados: unos etnolingüísticos y otros etnotoponímicos. Desde el punto de vista etnolingüístico, se describe diacrónicamente la lengua asturiana de esta zona central de Asturias, poniendo de manifiesto los rasgos más sobresalientes de la misma: la metafonía (La Punta¿l Cuirno, Primer Puchiro, El Sequiro), la tendencia abridora ¿u > -o (L¿Aleznero, El Barredorio, Abiao, El Campanario, etc.) en los masculinos, la palatalización de la terminación del femenino plural ¿as > -es (Les Llongues, Les Pedroses, Salines...), la palatalización de la n- > ñ- (La Ñarbata, Ñoval), la palatalización de la l- y de los grupos pl-, kl-, fl- latinos > ll- ( La Piedra Llangostera, La Llana) y ejemplos del llamado género dimensional según el topónimo sea masculino o femenino, así La Buraca designa un agujero mayor que el buracu; La Carrera alude a pasos más grandes, entre peñas o bajos, para los barcos que el carreru. Desde la perspectiva etnotoponímica, los resultados se han organizado en torno a las diferentes ciencias con las que se relacionan los nombres de los diferentes pueblos que han poblado estas tierras a lo largo de los últimos 7000 años: la etnohistoria y la etnoarqueología (El Pico¿l Castiello, El Castro los Garabetales, Arques, Bañugues); la etnoictiología (La Roballera, La Piedra los Pulpos, La Puesta los Panchos, L¿Aguilera, La Peña l¿Utre, Les Melandreres); la etnoreligión (De Frades, La Casa¿l Convento, La Fuente la Xana, La playa San Pedro); la etnobotánica (El Cenoyal, El Verbenal, Les Peruyeres, La Bidul); la etnohidrología (La Fontica, Abiao, La Fuente¿l Ruxidorio); la etnogeología (La Bermeya, Ñera, El Pozu Negru); la etnoeconomía (La Mina, El Campu les Sardineres, Los Veneros); la etnoagricultura (Les Miyeres, El Centeñal, Pataqueo); la etnoganadería (La Xatera, El Merinal); etnocomunicaciones (Camín Real, Camín de Santiago) y, finalmente, la etnopesca (La Bogariza, La Centollera, El Vareaderu, L¿Atalaya). Por lo tanto el estudio de la etnotoponimia nos ofrece resultados que van más allá de lo puramente lingüístico y nos permite obtener un amplio conocimiento de las costumbres y la cultura de los pueblos que han ocupado un determinado territorio.