Comparación de tres instrumentos para evaluación del dolor crónico pediátrico 'escala numérica de dolor parental', 'children health questionnaire' y la 'escala de afectación de salud pediátrica'

  1. Díez Rodríguez-Labajo, A.
Dirixida por:
  1. J. A. Rodríguez Montes Director

Universidade de defensa: Universidad Autónoma de Madrid

Fecha de defensa: 27 de xuño de 2011

Tribunal:
  1. Juan A. Tovar Larrucea Presidente/a
  2. Carmen Gascó García Secretario/a
  3. Jordi Miró Vogal
  4. Julián Álvarez Escudero Vogal
  5. Antonio Pérez Vogal

Tipo: Tese

Resumo

Introducción: El dolor crónico infantil no oncológico motivado por una causa orgánica tiene una prevalencia muy baja (3:10.000 niños y año) por lo que puede ser considerada una enfermedad rara o huérfana. Por otro lado, sabemos que el dolor crónico en los niños se asocia a una mayor vulnerabilidad debida a la inmadurez de los mecanismos de inhibición del dolor (hace que el dolor sea percibido con mayor intensidad) y a la plasticidad neuronal propia de la edad (hace que las secuelas del dolor infantil se prolonguen hasta la edad adulta). El esquema de tratamiento multidisciplinario del dolor crónico que se ha mostrado útil en los adultos podría serlo también en los niños, pero, para comprobarlo necesitamos herramientas de valoración del dolor que nos permitan comprobar el grado de dolor de los niños en la edad pediátrica. En los niños mayores se pueden utilizar escalas adaptadas de la Escala Visual Analógica (EVA) en las que los pacientes eligen de modo subjetivo entre dos extremos en el que uno de los mismos representa la ausencia de dolor y el otro el máximo dolor posible. La más utilizada en niños con dolor crónico es la Escala Numérica del Dolor (END). Pero estas escalas de tipo END son aplicables a los niños más mayores (con edades superiores a los 6 años). La pregunta clave es: ¿Cómo podemos valorar el dolor crónico en los niños que no hablan aún? Dado que se ha visto que existe una correlación entre el dolor crónico y la afectación de la calidad de vida (incluso en pacientes pediátricos), y dado que existen numerosas escalas de calidad de vida en niños que se han mostrado precisas para medir el grado de afectación de la salud en niños en edad preverbal, siendo el ¿gold standard¿ cuestionario Children Health Questionnaire en su versión de 50 preguntas (CHQ-PF50). Si nosotros seleccionamos los aspectos de la de calidad de vida que se ven más deteriorados en los niños con dolor crónico, la hipótesis del estudio consistiría en pensar: ¿Se puede elaborar con ellos una Escala de Afectación de la Salud Pediátrica (EASP) que mida específicamente el dolor crónico en los niños que no hablan? Por todo ello el presente estudio se planteó los siguientes objetivos: Objetivos primarios: 1.- Validación del ¿END¿ respondida por los padres de los niños como medida de valoración del dolor crónico infantil 2.- Elaboración de una escala de afectación de la salud pediátrica por dolor crónico, la ¿EASP-22¿. Escala basada en la afectación de parámetros de calidad de vida relacionada con la salud. 3.- Validación científica de la escala ¿EASP-22¿ con las escalas de dolor: ¿END Parental¿ y ¿END Pediátrico¿. 4.- Valoración de la aplicabilidad de la escala ¿EASP-22¿ para el uso clínico habitual en Unidades de Dolor Infantil. Objetivos secundarios: 1- Estudio del peso específico de la afectación de cada uno de los aspectos-dominios en la valoración de calidad de vida de los pacientes con dolor crónico. 2- Determinación de la posible influencia de diversos parámetros demográficos en la valoración de la calidad de vida mediante el cuestionario ¿EASP-22¿. 3- Valoración de la influencia del dolor crónico en el seno familiar . El método de estudio empleado consistió en un estudio analítico, observacional, retrospectivo unicéntrico en el Hospital Universitario La Paz de Madrid, en pacientes pediátricos menores de 16 años de edad con cuatro grupos de cohortes, grupo de pacientes con dolor crónico no oncológico antes y después del tratamiento, pacientes con patología crónica hepática o renal no dolorosa, y pacientes sanos programados para una anestesia por una cirugía menor. Todos los pacientes y alguno de sus familiares fueron entrevistados mediante entrevistas telefónicas en las que se obtuvieron los datos demográficos, la END parental (grado de estimación del dolor del niño por el familiar), la END pediátrica (grado de estimación del dolor del niño por el propio niño), el CHQ-PF50 (calidad de vida en sus apartados físico funcional y psicosocial) y la EASP22 (afectación de la salud pediátrica por el dolor crónico estimada tanto por el padre como por el niño). La información fue volcada a una base de datos Acces que fue analizada por el programa estadístico SPSS considerando significativas diferencias con una p<0.05. Los resultados que se obtuvieron fueron los siguientes: Fueron incluidos 98 pacientes en los tres grupos con edades medias que oscilaron entre los 9 y 11 años de edad que no mostrarón diferencias poblacionales salvo en la incidencia de rupturas familiares que fue mayor en los grupos de patología crónica que en la población sana. Resultados principales: 1- Menos de la mitad de los pacientes pediátricos con dolor crónico son capaces de valorar su dolor inicial con escalas auto-numéricas tipo END. 2- El ¿test EASP-22¿ mide la calidad de vida al igual que el CHQ-PF50 en toda la población pediátrica 2.1. Es contestado indistintamente por padres o pacientes pediátricos. 2.2. Discrimina los pacientes que tienen dolor crónico infantil de los que no lo tienen. 2.3. Identifica la intensidad del dolor crónico máximo, medio, mínimo. 2.4. Identifica la eficacia de la analgesia de un modo muy fiable. 2.5. Clínicamente es muy útil, por ser más fácil de contestar por los padres, más rápida de realizar y más fácil de evaluar por los facultativos. Resultados secundarios: 1- Los pacientes de la UDI tienen dolor crónico que provoca una disminución de su calidad de vida del 40% en su componente psicosocial, más acusado en el físico-funcional. La calidad de vida está más afectada por el dolor continuado (medio) y basal (mínimo), que por el dolor incidental (máximo). 2- Los tratamientos analgésicos de la UDI consiguen disminuir a la mitad el dolor inicial y recuperar la calidad de vida en un 25% del componente físico-funcional y total del psico-social. 3- Los familiares sufren de un modo muy importante por la enfermedad de sus hijos lo que les impide desarrollar las actividades familiares con normalidad. La conclusión del estudio es que hemos creado una herramienta eficaz para la medición del dolor crónico en niños en edad preverbal denominada ESCALA DE AFECTACION DE LA SALUD PEDIATRICA-22.