La influencia de la superficie de los implantes en la oseointegraciónun estudio histomorfométrico en animales.

  1. Ortiz García, Iván
Dirixida por:
  1. Antonio Muñoz Guzón Director
  2. Antonio González Cantalapiedra Director
  3. Eugenio Velasco Ortega Director

Universidade de defensa: Universidad de Sevilla

Fecha de defensa: 24 de outubro de 2011

Tipo: Tese

Teseo: 316539 DIALNET lock_openIdus editor

Resumo

La implantología oral ha revolucionado la práctica odontológica al proporcionar un conjunto de técnicas diagnósticas, quirúrgicas y restauradoras integradas que constituyen la mejor opción terapéutica anatomofuncional en la sustitución artificial de los dientes perdidos. En este sentido, desde tiempos muy remotos el hombre ha intentado sustituir los dientes perdidos, ya sea por caries, traumatismo s o enfermedad periodontal, por otros elementos que restaurasen la función y la estética, pero no es hasta los años sesenta del siglo XX que no comienza la era científica de la implantología oral. El concepto de oseointegración se descubrió de forma casual por el profesor Branemark y su equipo de trabajo de la Universidad de Göteborg en 1952, mientras realizaban estudios microscópicos de la médula ósea del peroné de los conejos. En dicho estudio se observaba, a través de una cámara de titanio puro insertada en la medular peroneal, la curación de una fractura ósea en la cual se podía ver la zona de transición entre el hueso nativo y el hueso neoformado durante el proceso de reparación, así como su vascularización del mismo. Al intentar retirar dichas cámaras ópticas, Branemark y sus colaboradores observaron que estaban completamente incorporadas al hueso y que el tejido mineralizado era totalmente congruente con las microirregularidades de la superficie del titanio. Todo esto planteó la realización de un nuevo estudio en el que se utilizaba este metal como componente de placas de osteosíntesis en la fijación de fracturas de huesos largos. Como consecuencia de los resultados obtenidos se procedió a su aplicación dental, utilizando distintos diseños de implantes de titanio de morfología radicular colocados en mandíbulas de perros comprobando que eran capaces de soportar una prótesis dental. Todos estos hallazgos fueron presentados en la conferencia de Harvard de 1978. A la aposición directa de hueso sobre la superficie de titanio se denominó oseointegración. Otro término utilizado por Schroeder y sus colaboradores de la Universidad de Berna para definir este hecho biológico es el de anquilosis funcional, aunque desde el punto de vista anatómico-patológico no se trataría de una anquilosis verdadera, dado que no existe fusión del biomaterial que compone el implante con el hueso. Por lo tanto, es mucho más adecuado utilizar un término descriptivo de oseointegración como es el de contacto óseo directo. Otro concepto que aparece referido en la bibliografía es el de biointegración, que se define como “la unión bioquímica directa entre el hueso vivo y la superficie del implante demostrable a través de la microscopía electrónica“. Branemark y colaboradores, puntualizan aún más en dicha definición de oseointegración, añadiendo que “dicho contacto entre el hueso y la superficie del implante, visto al microscopio óptico, debe ser estructural y funcional una vez sometido a carga”. Es, por lo tanto, un fenómeno en el que intervienen la capacidad de cicatrización, reparación y remodelado de los distintos tejidos presentes en la cavidad bucal. Para comprender los mecanismos de este proceso biológico es necesario conocer perfectamente la biología elemental del hueso, así como la fisiología ósea y el proceso que se desencadena cuando ocurre una lesión a nivel óseo que debe ser reparada.