Cerclaje himenal, técnica quirúrgica para el tratamiento de la urovagina en la vaca

  1. GONZÁLEZ MARTÍN, JUAN VICENTE
Dirixida por:
  1. Manuel Rodríguez Sánchez Director

Universidade de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 26 de xuño de 2003

Tribunal:
  1. Fidel San Román Ascaso Presidente/a
  2. Francisco Mazzucchelli Jiménez Secretario/a
  3. Miguel Ángel Tesouro Vogal
  4. Juan José Ramos Antón Vogal
  5. Eduardo Yus Respaldiza Vogal

Tipo: Tese

Teseo: 95025 DIALNET

Resumo

La urovagina empeora los índices reproductivos. En vacuno se ha descrito el pliegue transverso en la vagina, y el alargamiento uretral para solucionarlo, técnicas complicadas e inefectivas. La etiología de la urovagina radica en una insuficiencia muscular del constrictor vestibular, proponiendo una técnica consistente en la realización de un cerclaje en la constricción himenal. A la altura de la misma hacemos un cerclaje con polidioxanona nº 2, usando una aguja curva (3/8) de 10 cm, que se introduce en una incisión en posición horaria a las 4 y se extrae por las 8, pasando entre la uretra y el suelo vaginal. Reintroducimos la aguja por el mismo punto y la sacamos por las 12. Finalmente, repetimos la operación, sacándola por las 4. Anudamos, tensando para que la abertura vaginal quede casi cerrada, debiendo quedar el nudo enterrado. También hemos diseñado una aguja con mango para la intervención, que es un pasahilos de Deschamps modificado, con aguja de 3/8 traumática, con su ojo en la punta. Esta técnica es más sencilla y efectiva que las anteriores, no existiendo apenas complicaciones intraoperatorios ni posquirúrgicas. El porcentaje de éxito inmediato fue del 94,73% a la primera intervención y del 100% a la segunda. El porcentaje de fracaso a largo plazo fue un 10,52%. La fertilidad de los animales intervenidos era significativamente mayor que la de los animales no operadores (34,78 frente a 73,68%; p<0,05) demostrándose que estos últimos tienen 5 veces más riesgo de no quedar gestantes si no se les opera. El número de IA posquirúrgica/gestación fue de 1,78, menor que las IA requeridas por los no operados (7,62; p=0,0002). Asimismo, se determinó una reducción de los días abiertos en vacas operadas (349 y 240 días; p=0,074). En conclusión, la técnica es viable, efectiva, rentable y económicamente justificable.