Talent selection strategies and evolution of elite performance in basketball

  1. Kalén, Anton
Dirixida por:
  1. Ezequiel Rey Eiras Director

Universidade de defensa: Universidade de Vigo

Fecha de defensa: 23 de xullo de 2021

Tribunal:
  1. Sixto González Víllora Presidente/a
  2. María Ángeles Fernández Villarino Secretario/a
  3. Joaquín Lago Ballesteros Vogal

Tipo: Tese

Resumo

INTRODUCCIÓN Rendimiento deportivo En esencia, el deporte consiste en atletas que realizan diferentes tareas para lograr el éxito. Si bien el objetivo final de los equipos es sumar más puntos que el oponente en el baloncesto, la conexión entre las acciones de los atletas individuales y el desempeño del equipo es compleja. Esta complejidad y naturaleza dinámica de los deportes de equipo afecta a nuestra capacidad para analizar el rendimiento de los jugadores de baloncesto (Davids et al., 2014; Passos et al., 2017) Un aspecto que dificulta la conceptualización y el análisis del rendimiento de los jugadores individuales en los deportes de equipo es el hecho de que el juego es una interacción continua tanto con los compañeros como con los oponentes. El rendimiento de un jugador de baloncesto dependerá no solo de sus propias habilidades, sino también de las habilidades de sus compañeros y oponentes (Bourbousson et al., 2010a, 2010b). Otro aspecto que hace que el rendimiento en los deportes de equipo sea complejo es que gran parte de las tareas no están directamente relacionadas con el objetivo general—el éxito final del equipo. Tenemos que comprender y definir los objetivos específicos de las diferentes tareas para evaluar como de bien rinden los jugadores en diferentes aspectos del juego. Otro aspecto más que aumenta la complejidad del análisis del rendimiento de los jugadores en los deportes de equipo es el hecho de que los jugadores tienen diferentes roles en la cancha. Por ejemplo, los estudios sobre el rendimiento del baloncesto han podido identificar diferencias entre las posiciones de juego en el rendimiento del juego tanto técnico-táctico como fisiológico (Delextrat et al., 2017; Sampaio et al., 2006; Stojanović et al., 2018). MODELO DE DESEMPEÑO. Un aspecto central de las acciones de los jugadores es que están impulsadas por la intención de lograr algún objetivo específico; son dirigidas a objetivos (Newell, 1986, 1996). No podemos entender o evaluar si la acción de un jugador se realizó bien o no sin considerar si el jugador logró lo que pretendía con la acción. De esto se deduce que no es suficiente considerar solo al jugador para comprender su rendimiento, sino que también debemos considerar el entorno en el que actúa el jugador. El individuo interactúa con el entorno (Newell, 1996; Warren, 2006). Este acoplamiento percepción-acción es por lo que se ha argumentado que es necesario analizar cómo el jugador interactúa y se adapta al entorno para comprender el rendimiento deportivo (Araújo & Davids, 2011; Passos et al., 2017). Todos los diferentes factores que intervienen en la configuración de las posibilidades de actuación se dividen generalmente en tres categorías (Newell, 1986): a) Condicionantes del individuo, b) condicionantes de tareas, c) condicionantes del ambiente Los condicionantes del individuo son aspectos físicos, fisiológicos, morfológicos y psicológicos del jugador individual. Si bien la influencia de diferentes aspectos varía según la tarea exacta, algunos ejemplos generales son la altura, la composición corporal, el rango de movimiento y la fuerza muscular (Glazier, 2017; Newell, 1996). Si bien estos aspectos son relativamente estables a lo largo del tiempo, existen otros condicionantes del individuo que cambian mucho más rápido, como la fatiga, las emociones y el foco de atención de los jugadores. Los condicionantes de la tarea son aspectos de la propia tarea que limitan o dan forma a las posibles acciones. Esto incluye, entre otros, la tarea-objetivo, las reglas, otros jugadores (Glazier, 2017; Newell, 1996). Los condicionantes del ambiente son factores que no están directamente relacionados con el ejecutante o la tarea (Glazier, 2017). Esto incluye factores como la temperatura, las condiciones de luz, el suelo utilizado para jugar y jugar en casa o fuera (Glazier, 2017; Newell, 1986). Pero también incluye factores relacionados con el entorno psicológico, como las expectativas de los compañeros de equipo, los entrenadores y los padres, o el clima motivacional en el equipo (Chow et al., 2006; Glazier, 2017). Estos condicionantes son dinámicos y cambian con el tiempo (Warren, 2006). Algunos cambian muy rápido, como la posición y las acciones de los compañeros y oponentes, el foco de atención, el cansancio y las emociones de los jugadores. Otros cambian mucho más lentamente, como la altura y la fuerza de los jugadores, las reglas del juego, el estilo de juego y el entorno social que rodea al jugador. Además, estos cambios a lo largo del tiempo son impulsados por diferentes procesos. Algunos, como las acciones cambiantes de los jugadores alrededor y el aumento de la fatiga, se ven directamente afectados por la acción del jugador en el juego. Otros, son impulsados por el proceso de desarrollo natural de los humanos, como la altura de los jugadores y el desarrollo neurológico. Muchos de estos cambios no ocurren de manera lineal, con una tasa de cambio constante. En cambio, los cambios tienden a ser no lineales, con grandes cambios repentinos, seguidos de estabilidad relativa (Warren, 2006). Esta naturaleza dinámica no lineal de los condicionantes, junto con las formas complejas en las que interactúan, hace que la predicción sobre el rendimiento futuro sea muy difícil (Warren, 2006). La dificultad de predecir el rendimiento futuro o de identificar a los atletas con talento se ha demostrado en múltiples estudios en distintos deportes (Schorer et al., 2017; van Rens et al., 2015). Por lo tanto, se ha sugerido que se necesitan modelos que tengan en cuenta tanto la interacción jugador-entorno como la dinámica de los condicionantes cambiantes a lo largo del tiempo para comprender mejor la pericia y el talento en el deporte (Phillips et al., 2010). HABILIDAD Y PERICIA. Habilidad puede, según el modelo anterior de rendimiento y acción, definirse como la capacidad del jugador para encontrar una manera de lograr la tarea-objetivo dentro de los condicionantes dados (Newell, 1996). Esta definición implica que una actuación hábil depende de la capacidad del jugador para enfocar su atención y percibir la información que es relevante para la tarea (Newell, 1996). Como los condicionantes son dinámicos y, por lo tanto, cambian de una ejecución de una tarea a la siguiente, una parte importante del rendimiento hábil es la capacidad de adaptar la acción de acuerdo con los cambios en los condicionantes (Newell, 1996). Habilidad es, en otras palabras, la capacidad de percibir los condicionantes relevantes para la tarea y adaptar el movimiento a estos condicionantes para lograr el objetivo de la tarea. De manera similar, la pericia se puede definir como la capacidad del jugador para rendir bien de manera consistente a medida que el contexto de rendimiento (el conjunto de condicionantes) cambia con el tiempo (Araújo & Davids, 2011; Davids et al., 2015). Si bien esto es casi idéntico a la definición de habilidad, los dos tienden a usarse en diferentes escalas de tiempo. La habilidad y el rendimiento hábil tienden a referirse a una tarea específica y la capacidad de adaptarse a los cambios en los condicionantes que ocurren entre las repeticiones de la tarea. La pericia se utiliza generalmente para referirse a la capacidad general durante un período más largo de la carrera de un jugador y la capacidad de adaptar su rendimiento a los cambios en los condicionantes que ocurren con el tiempo (por ejemplo, entre temporadas). Esto puede ser, por ejemplo, cambios en las reglas, desarrollo y envejecimiento (Abbott et al., 2005; Davids et al., 2015). DESARROLLO Y APRENDIZAJE. Dada la comprensión anterior del rendimiento, podemos ver el desarrollo de habilidades y pericia como un proceso para encontrar cada vez más formas mejores y más eficientes de lograr la tarea objetivo dado el conjunto de condicionantes en el momento (Davids et al., 2015). Este proceso implica tanto encontrar una estabilidad para poder realizar de manera consistente una habilidad de una manera similar y al mismo tiempo tener la capacidad de adaptar el rendimiento de una manera funcional dependiendo de los cambios en los condicionantes (Seifert et al., 2016). Una parte importante del aprendizaje de una habilidad es, por lo tanto, explorar la información disponible en el entorno y las consecuencias de acciones específicas bajo los condicionantes actuales (Thelen, 1995; Warren, 2006). Un aspecto clave a considerar en el desarrollo de habilidades y pericia—que subraya aún más la importancia de la adaptabilidad y la exploración—es el proceso de maduración y envejecimiento de los jugadores (Abbott et al., 2005; Horton et al., 2015). Identificación y desarrollo del talento Si bien la pericia y la habilidad representan la capacidad actual de los jugadores para rendir, el talento representa la capacidad potencial para rendir en el futuro (Fischer-Ontrup & Fischer, 2017). Un jugador con talento es, en otras palabras, alguien que tiene un gran potencial para convertirse en un experto. De esto se deduce que el talento no garantiza que el jugador se convierta en un experto, sino que dependerá del proceso de aprendizaje y desarrollo que atraviese el jugador a lo largo del tiempo (Fischer-Ontrup & Fischer, 2017). IDENTIFICACIÓN DEL TALENTO. Las evaluaciones de identificación de talento han demostrado que tanto las pruebas estandarizadas como las opiniones de expertos son bastante malas para predecir el rendimiento o el éxito futuro de los jugadores jóvenes (Güllich & Cobley, 2017; Schorer et al., 2017). No solo somos malos para predecir el rendimiento futuro de los jugadores que se encuentran actualmente en su juventud, sino también de los jugadores mayores que están a punto de convertirse en profesionales. Por ejemplo, en NBA, la posición de un jugador en el draft parece explicar aproximadamente entre 5–7% del rendimiento de los jugadores (Berri et al., 2011). Esto indica que incluso algunos de los clubes deportivos más grandes del mundo, con todos sus recursos, no pueden elegir de manera fiable a los jugadores de 19–20 años que tendrán el mejor rendimiento dentro de dos años. Se puede esperar la dificultad a la hora de identificar el talento dado que entendemos el rendimiento como la capacidad del jugador para interactuar con el entorno alrededor. En la identificación de talento, por lo tanto, estamos tratando de predecir cuánto de buena será una versión futura de un jugador para interactuar con un entorno futuro en función de las características actuales del jugador y cómo interactúan con el entorno actualmente. Hay múltiples aspectos que hacen que esta predicción sea (muy) difícil. Primero, es difícil predecir las características futuras de los jugadores, incluidas las que están determinadas en gran medida por la genética (Ostojic, 2013). En el otro lado de la interacción jugador-entorno, el propio juego de baloncesto evoluciona con el tiempo. Esto sucede tanto a medida que los equipos y los jugadores se adaptan naturalmente a las nuevas estrategias de los demás, en un baile continuo entre los atacantes y los defensores, así como a través de intervenciones conscientes en el juego a través de cambios de reglas (FIBA, 2020b; Pérez-Ferreirós et al., 2018). Esta evolución es a menudo difícil de predecir e incluso los cambios de reglas con propósitos específicos también pueden tener consecuencias inesperadas (Pérez-Ferreirós et al., 2018). La literatura científica ha destacado repetidamente los problemas y limitaciones con el uso de datos transversales y medidas aisladas en los procedimientos tradicionales de identificación de talentos (Abbott et al., 2005; Collins et al., 2018; Phillips et al., 2010; Vaeyens et al., 2008). Por lo tanto, los científicos han debatido la importancia de evaluar a los jugadores durante un período de tiempo más largo para ver cómo el jugador se desarrolla (Abbott et al., 2005; Vaeyens et al., 2008). También han defendido la necesidad de evaluar a los jugadores en un contexto de juego real, en lugar de en pruebas discretas (Davids et al., 2013; Vaeyens et al., 2008). La combinación de estos dos nos permite obtener una visión mucho más clara tanto del nivel de madurez actual de un jugador como de su ritmo de maduración, así como su proceso de aprendizaje, su capacidad para adaptarse a los cambios en los condicionantes del ambiente y de las tareas a lo largo del tiempo (Phillips et al., 2010; Vaeyens et al., 2008). SELECCIÓN DE TALENTO Y PROGRAMAS. El modelo más comúnmente utilizado de cómo se selecciona el talento y cómo progresa a través de su desarrollo es el modelo piramidal, en el que los jugadores más talentosos de un nivel se seleccionan para el siguiente (Bailey & Collins, 2013). Este modelo es comúnmente aceptado en entornos deportivos prácticos y ha sido adoptado ampliamente por organizaciones deportivas como base para comprender el desarrollo y la selección de talento (Bailey & Collins, 2013). Este modelo se basa en la suposición de que los jugadores se desarrollan de forma lineal y que el rendimiento en una etapa es altamente predictivo de la capacidad del jugador para rendir en el siguiente nivel (Bailey & Collins, 2013). Esto no es consistente con la investigación, que ha mostrado una variación considerable en las vías de los jugadores para convertirse en expertos, con muchos jugadores moviéndose tanto hacia arriba como hacia abajo en la pirámide a lo largo de su desarrollo (Gulbin et al., 2013; McCue et al., 2019). Además, el modelo no tiene en cuenta el hecho de que—al menos en los deportes de equipo—clubes, equipos nacionales y, a veces, programas de desarrollo regional funcionan en paralelo. Un jugador podría muy bien competir regionalmente con el equipo de su club, mientras que al mismo tiempo competir internacionalmente con el equipo nacional. En cambio, la investigación de programas de talentos ha encontrado que estos se caracterizan por un proceso continuo de selección, des-selección y re-selección de jugadores, que tiene lugar a lo largo de la carrera de jugadores (juveniles) (Güllich, 2014; Güllich & Cobley, 2017; Güllich & Emrich, 2012). Estos hallazgos resaltan la necesidad de analizar la selección de talento como un proceso dinámico continuo a lo largo del tiempo en favor de métodos más comúnmente adaptados que analicen los factores que influyen en la selección inicial o el éxito final—utilizando un modelo de caja negra del proceso en sí. Sin embargo, hay muy poca investigación sobre la selección de talento en el baloncesto que utilice este tipo de modelo dinámico para examinar el número de jugadores seleccionados, re-seleccionados y des-seleccionados en diferentes etapas de los programas de talento en el baloncesto. Además, se han hecho muy pocos intentos para estudiar qué factores influyen en este proceso de selección dinámica. Rendimiento y edad De manera similar a cómo el proceso de maduración durante los años de la juventud es importante para la identificación y el desarrollo del talento, el proceso de envejecimiento es un factor importante para comprender la pericia en la edad adulta. La evolución fisiológica y cognitiva a lo largo del tiempo cambia los condicionantes del individuo durante la carrera del jugador y, a su vez, afectará inevitablemente a su rendimiento (Allen & Hopkins, 2015). INVESTIGACIÓN SOBRE EL ENVEJECIMIENTO DE LOS JUGADORES. El desarrollo, por ejemplo, en los métodos de entrenamiento, la gestión de la carga y la rehabilitación de lesiones ha aumentado la duración potencial de la carrera de los jugadores profesionales (Horton et al., 2015). La investigación en fútbol ha demostrado, por ejemplo, que la edad media de los jugadores de la UEFA Champions League ha aumentado en más de 1.6 años durante las últimas tres décadas (Kalén et al., 2019). En baloncesto, estudios anteriores indican que los jugadores alcanzan el máximo rendimiento técnico-táctico en algún lugar alrededor de la edad 25–30 (Alfonso et al., 2009; Lailvaux et al., 2014; Ortega-Toro et al., 2019). Sin embargo, el rendimiento de los jugadores no se puede reducir fácilmente a una sola medida en los deportes de equipo. En consecuencia, los jugadores pueden alcanzar su punto máximo a diferentes edades en diferentes aspectos de su rendimiento. Por ejemplo, en el fútbol, los jugadores parecen tener un rendimiento físico en declive a lo largo de su carrera profesional (Rey et al., 2019; Sal de Rellán-Guerra et al., 2019). Y a la inversa, su rendimiento técnico-táctico parece aumentar con la edad (Sal de Rellán-Guerra et al., 2019). ENVEJECIMIENTO Y PERICIA. Estas diferencias en el pico y la tasa de disminución para diferentes aspectos del rendimiento pueden esperarse dado que entendemos la pericia como la capacidad de mantener un alto nivel de desempeño adaptando—o reinventando—sus acciones a los cambios en las limitaciones a lo largo del tiempo. Lo más probable es que el rendimiento físico dependa mucho más de los condicionantes del individuo, como la capacidad aeróbica máxima y la cantidad de fibras musculares tipo II (Faulkner et al., 2008). Mientras tanto, hay muchas más formas de lograr objetivos de tareas técnico-tácticos, lo que permite al jugador mantener un nivel de rendimiento más alto a lo largo del tiempo adaptando la forma en que juega (Seifert et al., 2016). Esta capacidad de reinventarse es, de hecho, la definición de pericia (Araújo & Davids, 2011; Davids et al., 2015). EDAD Y RENDIMIENTO EN EL BALONCESTO. Los estudios existentes sobre la edad y el rendimiento en el baloncesto se han centrado únicamente en cómo el rendimiento técnico-táctico de los jugadores difiere con su edad. Como se observa en la literatura sobre fútbol, parece haber diferencias en cómo el envejecimiento afecta el rendimiento físico y técnico-táctico de los deportistas de deportes de equipo. Estos estudios sobre el rendimiento físico en el fútbol han sido posibles gracias al uso creciente de la tecnología moderna de seguimiento de jugadores, que permite registrar variables físicas como la distancia que recorre un jugador y la velocidad a la que se mueve durante el juego. En baloncesto, esta tecnología de seguimiento de jugadores se ha implementado en NBA. Lo que ha permitido investigar, por ejemplo, cómo se relaciona la carga de trabajo físico de los jugadores con las lesiones (Caparrós et al., 2018) y cómo la programación de los partidos afecta el rendimiento físico (Esteves et al., 2020). Sin embargo, no se ha utilizado para examinar cómo la edad de los jugadores afecta su rendimiento físico. OBJETIVO DE LA TESIS El propósito general de la tesis es analizar los condicionantes que dan forma al desarrollo del rendimiento y el mantenimiento de la pericia en los jugadores de baloncesto. Específicamente, nuestro objetivo fue analizar las estrategias de selección de talento desde una perspectiva organizacional y cómo afecta el desarrollo del rendimiento, así como la influencia de la edad en el rendimiento. Dado el objetivo general de la tesis, se propusieron tres objetivos específicos, correspondientes a los tres estudios empíricos. En ESTUDIO I, nuestro objetivo fue analizar la cantidad de jugadores seleccionados, re-seleccionados y des-seleccionados en las diferentes edades que componen las categorías de selecciones nacionales de formación. Además, nuestro objetivo fue investigar cómo la posibilidad de re-selección está influenciada por la edad de selección inicial y la edad relativa de los jugadores, así como el rendimiento a largo plazo del país a nivel de categorías de formación. En ESTUDIO II, nuestro objetivo fue explorar qué estrategias de selección de talento se utilizan en los programas europeos de selecciones nacionales de baloncesto. Y cómo podrían relacionarse con el éxito de los programas de selecciones nacionales. En ESTUDIO III, nuestro objetivo fue evaluar cómo se relaciona la edad de los jugadores de NBA con su rendimiento físico y técnico en el juego. ESTUDIO I — LA INFLUENCIA DE LA EDAD DE SELECCIÓN INICIAL, EL EFECTO DE LA EDAD RELATIVA Y EL DESEMPEÑO A LARGO PLAZO DEL PAÍS EN EL PROCESO DE REELECCIÓN EN LOS EQUIPOS NACIONALES JUVENILES DE BALONCESTO EUROPEOS Los objetivos del estudio fueron: (A) Analizar los patrones de re-selección en las selecciones nacionales de formación de baloncesto en Europa. (B) Investigar cómo la posibilidad de re-selección está influenciada por la edad de selección inicial y la edad relativa de los jugadores, así como el rendimiento a largo plazo de las selecciones de formación de cada país. Nuestras hipótesis son que: (A) Los jugadores seleccionados inicialmente a una edad posterior tendrán una mayor probabilidad de ser re-seleccionados. (B) Entre los jugadores seleccionados, los jugadores nacidos más tarde en el año tendrán una mayor probabilidad de ser re-seleccionados. Debido a la falta de investigación previa, no planteamos ninguna hipótesis sobre la relación entre el rendimiento a largo plazo del país y la posibilidad de re-selección. La muestra consistió en 8362 jugadores de baloncesto (5038 hombres, 3324 mujeres) nacidos 1988–1997 que han participado en al menos un Campeonato Europeo U16, U18 o U20 de baloncesto entre 2004 y 2017. Para cada jugador, se recogió la información sobre las participaciones en el campeonato, la fecha de nacimiento y la nacionalidad, junto con los puntos de clasificación del país, del archivo de datos oficial de FIBA en enero de 2020. Como medida del rendimiento a largo plazo del país, se utilizaron los puntos de la clasificación de cada país. Se realizó un análisis de supervivencia modelando la posibilidad de re-selección utilizando una regresión logística bayesiana multinivel (Austin, 2017), con intersecciones y efectos separados para hombres y mujeres, puntos de clasificación y trimestre de nacimiento como efectos fijos anidados dentro del sexo, y la combinación de la edad de selección inicial y la edad del jugador como efecto aleatorio (categoría nombrada). Los datos y la sintaxis están disponibles abiertamente en Open Science Framework. Descubrimos que, en general, alrededor del 74% de los jugadores masculinos y el 80% de las jugadoras que participaron en un campeonato europeo fueron re-seleccionados la temporada siguiente, y alrededor del 40% de los jugadores fueron re-seleccionados continuamente hasta el último año de los campeonatos de formación. La probabilidad de re-selección estuvo influenciada por la edad de selección inicial, la clasificación del país y un efecto de edad relativa inverso. ESTUDIO II — ESTRATEGIAS DE SELECCIÓN DE TALENTOS Y RELACIÓN CON EL ÉXITO EN LOS PROGRAMAS DE LAS SELECCIONES NACIONALES DE BALONCESTO EUROPEO El propósito principal del estudio actual fue, por lo tanto, explorar las estrategias de talento utilizadas en los programas europeos de selecciones nacionales de baloncesto y cómo podrían relacionarse con el éxito de los programas de selecciones nacionales. Los objetivos específicos fueron: (A) Examinar si las estrategias de selección para selecciones nacionales de formación difieren entre países. (B) Examinar si la estrategia de selección está asociada con el éxito del programa de selecciones nacionales. (C) Examinar hasta qué punto el número de jugadores con licencia en cada país modera los efectos para los objetivos (A) y (B). (D) También teníamos como objetivo evaluar la edad de debut en selecciones nacionales senior y la proporción de jugadores senior que han jugado en las selecciones nacionales de formación. El estudio consiste en análisis retrospectivos de los datos registrados sobre la participación en campeonatos de baloncesto de jugadores de países europeos. Utilizamos datos oficiales sobre la participación de los jugadores en las selecciones nacionales, las clasificaciones de las selecciones nacionales y el número de jugadores con licencia en los países, obtenidos del sitio web oficial de la FIBA. Para el análisis se utilizó el historial de participación de todos los jugadores de las generaciones 1988–1999, que habían jugado al menos un campeonato de formación en 2004–2019. En el lado masculino, se incluyeron 6619 jugadores de 38 países y 408 combinaciones de países y generaciones. Por el lado de las mujeres, se incluyeron 4433 jugadoras de 38 países y 254 combinaciones de países y generaciones. Para cada país, calculamos el número promedio de jugadores de selecciones de formación por generación, así como el CV entre las generaciones. Basándonos en los objetivos de los programas de talento discutidos en la introducción, usamos tres medidas diferentes del éxito del programa de selecciones nacionales: A) Puntos de clasificación senior, indican cuánto de bien ha rendido la selección nacional senior a lo largo del tiempo. B) Puntos de clasificación de formación, indican cuánto de bien han rendido las selecciones nacionales de formación a lo largo del tiempo. C) El número de jugadores de selecciones nacionales de formación que alcanzan el nivel de selección nacional senior, lo que indica el éxito del programa de selecciones nacionales de formación en la promoción de jugadores al senior. Usamos el número informado de jugadores de baloncesto con licencia para cada sexo en el país como una posible variable moderadora de la relación entre la estrategia y el éxito de los programas. Los conjuntos de datos analizados y el software para este estudio se pueden encontrar en el repositorio de Open Science Framework. Los principales hallazgos de este estudio fueron: A) Los países seleccionan un promedio de 15.6 hombres y 12.4 mujeres por generación, con generaciones individuales que difieren 15.4% de la masculina, y 20.1% de la femenina, de media. B) Los países diferían considerablemente entre sí en el número medio de jugadores de formación seleccionados por generación, pero con grandes similitudes en la cantidad de variaciones entre generaciones. C) Un mayor número de jugadores de formación por generación se relacionó con una mejor clasificación de las selecciones nacionales de formación y senior en ambos sexos. D) No hubo una relación clara entre la variación dentro del país y la clasificación de las selecciones nacionales. E) Dentro de los países, las generaciones con un mayor número de jugadores de formación seleccionados tuvieron una mayor promoción a selecciones nacionales senior. F) El número de jugadores de baloncesto con licencia en cada país explica parte, pero no toda, la diferencia en las estrategias de selección y su efecto en el rendimiento. ESTUDIO III — EFECTOS DE LA EDAD EN EL RENDIMIENTO FÍSICO Y TÉCNICO DE LOS JUGADORES DE LA ASOCIACIÓN NACIONAL DE BALONCESTO (NBA) Este estudio tuvo como objetivo evaluar los efectos de la edad mediante un análisis a gran escala del rendimiento físico y técnico en jugadores profesionales de baloncesto. Según la evidencia científica anterior que demuestra deficiencias relacionadas con la edad en las habilidades físicas y cognitivas de los atletas, la hipótesis de la investigación fue que el rendimiento del partido disminuye con la edad, y esta disminución sería diferente en las distintas posiciones de juego. Un diseño transversal no experimental se llevó a cabo para analizar las diferencias en los datos de rendimiento físico y técnico de los partidos de los jugadores de la NBA según el grupo de edad y la posición de juego. La muestra consistió en 25 523 observaciones de partido individuales de 532 jugadores de la temporada 2018–19 de la NBA, recopiladas del sitio web oficial. Las posiciones de juego oficiales se utilizaron para clasificar a los jugadores como bases (n = 9862) observaciones, 214 jugadores), aleros (n = 10 614 observaciones, 218 jugadores) y pívots (n = 5047 observaciones, 100 jugadores). Las variables físicas utilizadas fueron la distancia recorrida (m) y la velocidad media (km h−1 ). Ambas variables se registraron en total, en ataque y en defensa. Estas variables físicas fueron registradas por el sistema de seguimiento multicámara oficial utilizado por la NBA, proporcionado por Second Spectrum (Los Ángeles, CA, EE. UU.). Los minutos jugados se utilizaron como medida de participación y los puntos anotados y la eficiencia como medidas de rendimiento técnico-táctico. Se ajustaron modelos lineales mixtos para cada una de las variables con grupo de edad, posición de juego y su interacción como efectos fijos y jugador como efecto aleatorio. Los principales hallazgos de este estudio fueron: A) Los jugadores de baloncesto profesionales de ≥30 años mostraron valores más bajos en la distancia recorrida (total, en ataque y en defensa) y la velocidad promedio (general, en ataque y en defensa) en comparación con los jugadores más jóvenes (<30 años). B) Los bases y aleros mayores (≥26años) jugaron más minutos por partido en comparación con los jugadores más jóvenes en la misma posición de juego. C) Los jugadores mayores (≥26 años) mostraron una eficiencia significativamente mayor en comparación con los jugadores más jóvenes. DISCUSIÓN GENERAL Conclusiones Los resultados del ESTUDIO I muestran que el proceso de re-selección mediante el cual los jugadores progresan en las selecciones nacionales de baloncesto de formación europeas es complejo y está influenciado por la edad de selección inicial, el efecto de la edad relativa inversa y el rendimiento a largo plazo del país, con algunos diferencias entre hombres y mujeres. Los resultados de ESTUDIO II muestran que la estrategia de selección en los programas de selecciones nacionales de baloncesto varía entre los países europeos y seleccionar un mayor número de jugadores posiblemente se relacione con un mejor rendimiento a largo plazo y más jugadores ascendidos a las selecciones nacionales en categoría senior. Estos resultados indican la complejidad de la selección de talento, que probablemente esté influenciada tanto por factores dentro como fuera de los programas, y la importancia de analizar la selección de talento como un proceso dinámico de re-selección repetida. Los resultados del ESTUDIO III mostraron que el rendimiento físico disminuyó con la edad, mientras que el tiempo de juego y el rendimiento técnico en general permanecieron estables o aumentaron. Estos hallazgos sugieren que los jugadores que logran seguir jugando a un nivel de élite a medida que envejecen lo hacen porque pueden compensar la disminución del rendimiento físico con un rendimiento técnico-táctico mejorado. Y es indicativo de la definición de pericia como jugadores con la capacidad de mantener un alto nivel de rendimiento adaptando—o reinventando—sus acciones a los cambios en las limitaciones a lo largo del tiempo. Limitaciones En el ESTUDIO I, una limitación fue que no se conectó el proceso de selección durante las selecciones nacionales de formación con el éxito final, ni con si los jugadores llegaran a las selecciones nacionales senior, y ni con si las selecciones nacionales senior llegaron a rendir bien. Otra limitación fue que el rendimiento del jugador en los campeonatos no fue considerado como un factor en el proceso de re-selección en este estudio. En el ESTUDIO II, una limitación fue que solo se utilizó el número total de jugadores con licencia en el país como una posible razón detrás de las diferencias en la estrategia de selección y su efecto sobre el éxito. Es probable que existan otros factores fuera de los programas que podrían tener un impacto en la cantidad de jugadores seleccionados en cada generación. Además, el número de jugadores con licencia fue autoinformado por cada federación nacional, y podría haber discrepancias en cómo se obtuvieron estos valores. En el ESTUDIO III, una limitación principal fue el hecho de que el diseño transversal no tiene en cuenta los jugadores que terminan sus carreras debido a una disminución del rendimiento. Además, el estudio no tiene en cuenta la posibilidad de que un jugador compense, por ejemplo, un menor rendimiento físico con un mejor rendimiento técnico-táctico. Dado que el estudio no incluyó datos de condición física general de los jugadores, no se pudo determinar si la disminución del rendimiento físico refleja un nivel de condición física más bajo. Futuras líneas de investigación Los estudios futuros sobre la selección de talentos deberían analizar más factores que podrían influir en el proceso y las estrategias de selección. Una forma de crear una comprensión más profunda de este proceso sería realizar estudios de caso más holísticos de uno o un par de programas de selecciones nacionales o academias de clubes. Por ejemplo, la integración de datos de registro sobre participación y rendimiento con entrevistas con entrenadores, revisión de documentos de estrategia e información detallada sobre las influencias circundantes. Otra forma de hacer avanzar la investigación del talento es utilizar métodos de análisis más adecuados y avanzados. Por ejemplo, el uso de modelos basados en agentes nos permitiría simular cómo los jugadores se mueven a través del proceso de selección a lo largo del tiempo, cómo los entrenadores toman decisiones de selección, en qué medida estas decisiones dependen de los entrenadores o son impulsadas por estrategias centrales (Bonabeau, 2002). Los estudios futuros sobre la edad y el rendimiento deberían utilizar datos longitudinales del rendimiento de los jugadores a lo largo de su carrera. Esto permitiría estimar cómo el efecto real del envejecimiento dentro del jugador sobre el rendimiento, y no simplemente la diferencia entre jugadores de diferentes edades. El uso de datos longitudinales de rendimiento también permitiría analizar cómo el efecto del envejecimiento sobre el rendimiento afecta la decisión de los jugadores de retirarse. Podríamos usar el análisis de supervivencia con covariables que varían en el tiempo para estimar cómo los cambios de rendimiento relacionados con la edad afectan la posibilidad de que un jugador elija retirarse. Implicaciones prácticas ESTUDIO I y ESTUDIO II destacan la necesidad de que las organizaciones que ejecutan programas de desarrollo de talentos—tanto en federaciones nacionales como en clubes—se aseguren de que sus estrategias de selección son el resultado de decisiones conscientes y explícitas. Un primer paso para tomar decisiones estratégicas más conscientes debería ser recopilar datos y monitorizar la cantidad de jugadores seleccionados en diferentes edades, la proporción de re-selección y des-selección en las diferentes etapas. Esto, junto con información sobre los jugadores (e.g., mes de nacimiento) y sobre la generación (e.g., cuántos jugadores de la generación tienen licencia y cuántos juegan en un cierto nivel de competición), permitiría a la organización encontrar patrones en la forma en que su proceso de selección funciona con el tiempo. El ESTUDIO III destaca la importancia de que los jugadores desarrollen la capacidad de adaptarse y utilizar diferentes tipos de habilidades cuando juegan para convertirse en jugadores expertos—una variabilidad funcional. Conectado está el desarrollo de la creatividad. Para que los jugadores desarrollen esta variabilidad funcional y creatividad, es importante que los entrenadores diseñen los entrenamientos y otras actividades de aprendizaje para incluir variación en las tareas que se realizan. La variabilidad en la práctica permite a los jugadores explorar qué información es relevante para elegir qué acción realizar y cómo adaptarla. También permite a los jugadores explorar qué formas de realizar una acción funcionan, y cuáles no, en las diferentes situaciones.