India y Pakistán y el equilibrio en Asia Meridional al inicio del siglo XXI

  1. Mato Bouzas, Antía
Dirixida por:
  1. Rafael García Pérez Director

Universidade de defensa: UNED. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Fecha de defensa: 17 de decembro de 2008

Tribunal:
  1. Esther Barbé Presidente/a
  2. Carlos Echeverría Jesús Secretario/a
  3. Pablo Bustelo Gómez Vogal
  4. María Dolores Algora Weber Vogal
  5. José Collado Medina Vogal

Tipo: Tese

Teseo: 276653 DIALNET

Resumo

La presente investigación examina la evolución de las relaciones entre India y Pakistán en materia de seguridad a comienzos del siglo XXI (1999-2007). Concretamente, el estudio abarca el problema de la rivalidad bilateral desde el primer conflicto armado -la guerra de Kargil- que enfrentó a los dos Estados tras los ensayos nucleares de 1998, hasta los últimos coletazos del régimen de Musharraf a final de 2007. Por ello, se analiza el desigual desarrollo interno de estos dos países -India como modelo de democracia viable y potencia emergente y Pakistán como Estado inestable dominado por una oligarquía militar-burocrática-, así como la evolución política en la región de Cachemira (con especial atención a la Cachemira India), la principal disputa que enfrenta a ambos Estados. Durante este período, las relaciones indo-pakistaníes han pasado de una etapa de conflicto a otra de diálogo. A partir de 1999, se observa un período de agudización de la inestabilidad bilateral, influida por el impacto de la nuclearización del subcontinente, pero también por otros acontecimientos de alcance internacional que han tenido repercusiones directas en el entorno regional: los atentados del 11-S y la intervención británico-norteamericana en Afganistán en octubre de 2001. Posteriormente, tras la crisis fronteriza de 2001-2002, se origina un nuevo clima de distención bilateral que da paso al establecimiento de un proceso de diálogo a principios de 2004 que aspira a resolver las disputas pendientes y normalizar las relaciones biltarales.India y Pakistán han establecido una relación de equilibrio precario que se asienta en una concepción de la problemática bilateral fundamentada en una lógica estatal puramente westfaliana que contradice su común pasado colonial. Sin embargo, la rivalidad entre los dos Estados posee un alto componente transnacional y, por ello, debería ser la perspectiva regional -entendiendo la relación de estos dos países como parte de un marco geográfico de contigüidad que incide en sus expectativas nacionales- la que debería prevalecer en el proceso de diálogo.